El ex diputado, senador y ministro de Hidrocarburos de Áñez confía en retornar al país para defenderse en libertad de la única sentencia no firme que ha recibido en los cinco años fuera del país
Fuente: https://elpais.bo
Víctor Hugo Zamora es uno de los varios políticos bolivianos que en los diferentes gobiernos del MAS optó por salir del país. Zamora era una de las piezas importantes de UNIR, la agrupación tarijeña de Óscar Montes con quien fue diputado (2009-2014) y senador (2014 – 2019) y a la que también pertenecía en esa época el hoy presidente Rodrigo Paz Pereira, pero sobre el que ejerció una fiscalización feroz en la época en la que fue alcalde (2015 – 2020) tras romper con la alianza.
Zamora fue elegido ministro de Hidrocarburos en el gobierno de Jeanine Áñez tras la crisis de 2019 que llevó a Evo Morales a México y tomó varias decisiones de fondo, como la ampliación del contrato de exportación de gas con Brasil. Estuvo también en el eje de varias polémicas por casos de corrupción en el breve periodo de 11 meses en el que ejerció el cargo. Zamora no firmó el polémico decreto que autorizó al Ejército a usar fuego letal, pero su vehemencia y dedicación lo colocó pronto en el ojo de la tormenta, y tras la victoria de Luis Arce (MAS) en octubre de 2020, decidió dejar el país.
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El viernes aceptó la primera entrevista con un medio nacional desde la frontera con Brasil, de calor elevado e internet infame, desde un departamento de paredes peladas en el que ha sobrevivido a cinco años de destierro con trabajos precarios y amor familiar. Zamora planea un retorno formal para defenderse en libertad. Confía en el criterio del presidente sobre la Justicia y en los nuevos tiempos de la política. Tarija tira.
EP: No has vuelto a Bolivia desde noviembre de 2020. ¿Por qué?
VHZ: Salí porque, tras la gestión de transición, hubo una persecución jurídico-política sañuda contra quienes fuimos parte de ese proceso. Soy uno de los que salieron para preservar su libertad y su vida. Muchos compañeros fueron encarcelados, incluida la expresidenta Áñez; algunos policías murieron en recintos penitenciarios; las amenazas eran permanentes, también hacia nuestras familias. No quisimos convertirnos en trofeos de la nueva gestión.
Las cuatro causas
EP: Usted no firmó el decreto sobre el uso de la fuerza letal por parte del Ejército que sustenta la acusación por Senkata y Sacaba, porque fuiste posesionado como Ministro al día siguiente. ¿Qué causas tuvo abiertas?
VHZ: Son cuatro:
Caso Seguros de YPFB. Una aberración jurídica, porque el Ministerio no contrata seguros. Fuimos absueltos.
Unidad Médica de Emergencia por la pandemia. Se investigó una resolución ministerial emitida en el marco del decreto de emergencia. También absueltos.
Senkata. No firmamos ningún decreto ni éramos parte del gabinete que asumió decisiones operativas. Nuestra tarea era garantizar combustibles, especialmente GLP, durante una crisis humanitaria en La Paz. El proceso fue anulado por vicios y presiones.
Planta de Urea. Esta es la causa con sentencia en primera instancia por la “paralización” de la planta, que en realidad ya estaba paralizada antes de que asumiéramos. Nunca fuimos notificados. El juicio se realizó en el Chapare, con abogados de oficio. Considero que fue un proceso persecutorio y extorsivo.
EP: La coyuntura ha cambiado ¿Cuál es tu planteamiento en este momento?
VHZ: Tres procesos ya están nulos. El de Urea está en apelación restringida. Cuando regrese, me pondré a derecho para defenderme en libertad. Ese proceso no debería llegar lejos: está viciado, dirigido, con graves defectos. Además, el Estado tendrá que asumir responsabilidades internacionales por las persecuciones, como ha pasado en otros casos.
La nueva coyuntura política
EP: ¿Cómo analizas los resultados electorales recientes?
VHZ: Hay esperanza. El país ha desterrado 20 años de abuso y prepotencia. En el momento de mayor bonanza, nos dejaron la peor crisis de las últimas décadas. Ahora se abre la posibilidad de una recuperación económica real. También es una elección inédita: era un balotaje que debió ocurrir ya en 2019 si no hubiera habido fraude. Rodrigo Paz ganó con una estrategia mejor recibida por la población. Debe transitar un camino duro, pero todos tenemos que acompañarlo.
EP: ¿Qué esperas del gobierno de Rodrigo Paz, considerando además tu relación política previa con él?
VHZ: Más allá de las relaciones personales, espero que le vaya bien. Que logre estabilidad, que reactive la economía, que devuelva oportunidades laborales y acceso a servicios básicos. Como tarijeño, deseo que Tarija vuelva a insertarse en el desarrollo nacional. Rodrigo Paz tiene ahí un reto enorme, especialmente por la influencia nociva de Evo Morales y un sector intransigente. Debe resolver eso mientras tiene el mando y la fuerza política.
EP: En campaña, Rodrigo Paz recordó los procesos judiciales que el MAS le abrió, pero en realidad varios de ellos los abrió su persona como Senador, por ejemplo mel de Ciudad Inteligente y otros ¿Confía en que tendrá garantías para volver?
VHZ: Sí. Lo primero es la independencia de poderes, un mensaje que dejó la elección y que Rodrigo también ha expresdado. Hoy vemos señales positivas: el presidente del Tribunal Supremo habla de defensa en libertad y restitución de derechos. Además, la decana del Tribunal Supremo es tarijeña y muy prestigiosa. No digo que la justicia haya cambiado, pero hay pistas de una reforma. Por eso anuncio públicamente que voy a retornar para demostrar mi inocencia en el único proceso que queda.
EP: ¿Te animas a poner una fecha para el retorno?
VHZ: Mi deseo es volver mañana mismo. Podría hacerlo: la sentencia no está ejecutoriada y puedo asumir defensa. Hay acciones de libertad en trámite, incluso una medida cautelar en el Tribunal Constitucional. Podría estar llegando muy pronto. Voy a volver con la frente en alto, a ordenar mi vida civil y económica, que ha sido muy golpeada.
EP: Has mencionado varias veces la dureza de estos años.
VHZ: Ha sido una travesía durísima. Salí por Pando, por Cobija, hacia el Acre. Me ayudaron amigos perseguidos como Roger Zavala o Pablo Bravo. Mi familia sufrió mucho; mi esposa ha cargado conmigo cinco años de depresión y esfuerzo, y mis hijos han sido guerreros. No quiero victimizarnos, pero hemos vivido situaciones que no deseo a nadie. Ojalá nunca más vuelva a repetirse algo así en Bolivia.