183 años de identidad beniana – un abrazo a mi tierra


Hoy celebramos los 183 años de la creación del Departamento del Beni, un suceso que marca la historia de una tierra fértil y generosa. Esta tierra es de mis ancestros; allí recibí el cariño y la formación desde mi niñez. Hoy quiero saludarla con afecto y esperanza.

 



«Canto victorioso pueblo de leyenda,

tu himno de trabajo, libertad y unión;

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y en misterioso rumor de su selva,

con eco vibrante suena tu canción.»

 

Esa estrofa resume algo esencial: el Beni como territorio de esperanza, de unión, de trabajo y de libertad. Y justamente el trabajo y la capacidad de su gente constituyen el hilo conductor de su desarrollo posible.

 

El Beni ha sido desde tiempos inmemoriales una región ganadera por excelencia. Sus sabanas y pastizales ofrecen condiciones naturales ideales para la cría extensiva de ganado. Pero ese no es su único rasgo distintivo. Hoy el Beni ya no es sólo ganadería; es arroz, es piscicultura, es riqueza forestal, es producción diversificada. A ello se suman otros sectores en crecimiento, como oleaginosas, frutas tropicales, hortalizas de clima cálido y nuevos emprendimientos agrícolas que aprovechan la diversidad de suelos. El potencial económico de esta tierra pródiga es inmenso.

 

Ese vigor productivo se complementa con un activo inigualable: el agua. La abundancia de ríos caudalosos marca una expansión agroproductiva que ya no es coyuntural, sino estratégica. El Beni posee una de las mayores reservas hídricas del país, lo que abre fronteras para el turismo ecológico, la pesca, la agricultura irrigada y la logística fluvial, articulando un modelo de desarrollo que puede ser integral y sostenible.

 

En estos 183 años vale recordar la frase que guió durante décadas a nuestro Comité Cívico y que sintetiza una verdad profunda: “El progreso del Beni será obra de los mismos benianos”. No es solo un lema; es un compromiso moral. Es la afirmación de que el desarrollo auténtico no se imparte desde afuera ni depende de favores políticos; nace de la unión, la dignidad, el esfuerzo y la visión de su propia gente.

 

A mi gente beniana -a quienes me vieron crecer, me dieron formación y sembraron en mí la gratitud y el orgullo de origen- quiero decirles que este aniversario no es solo memoria: es desafío. Es la invitación a que la educación, la técnica, la innovación y el espíritu emprendedor se pongan al servicio de esta tierra que lo tiene todo para despegar.

 

Que los jóvenes encuentren aquí oportunidades.

Que los productores y empresarios consoliden cadenas de valor que potencien la ganadería, pero que vayan más allá.

Que autoridades y sociedad construyan un desarrollo que honre la identidad amazónica, respete la naturaleza y proyecte al Beni como un verdadero polo de crecimiento nacional.

 

Beni, mi Beni, recibe este saludo de hijo de tus tierras. Que en tu aniversario número 183 vuelva a resonar la esperanza, bajo la bandera verde que flamea como “emblema de esperanza y de grandeza”.

 

¡Feliz aniversario, querido Beni!

 

Johnny Nogales Viruez