La justicia boliviana ordenó que ‘Nem da Gerusa’ sea detenido en Chonchocoro por un asesinato cometido en Montero Hoyos, en 2018. Paralelamente, Bolivia coordina con Interpol para activar su deportación a Brasil, donde es buscado por nueve homicidios.
Fuente: eldeber.com.bo
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Un sicario brasileño, señalado como miembro activo del Comando Vermelho y acusado de un homicidio en Bolivia, fue enviado al penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz, tras confesar que en su país de origen tiene nueve procesos pendientes por asesinato.
Se trata de Jangledson de Oliveira, de 37 años, investigado por el secuestro y asesinato de Jerry Willy Pedraza, ocurrido el 22 de octubre de 2018 en el distrito municipal de Montero Hoyos, Santa Cruz.
La determinación de la justicia fue asumida tras su reciente captura en Guayaramerín, desde donde fue trasladado en un operativo con fuerte resguardo policial hasta Santa Cruz, para luego ser remitido a La Paz ante el riesgo que supone su permanencia en recintos carcelarios comunes.
La audiencia cautelar de Jangledson de Oliveira, alias ‘Nem da Gerusa’, se desarrolló el lunes en el Palacio de Justicia, donde admitió ante la jueza que es buscado en su país por otros nueve crímenes. “Tengo nueve procesos inconclusos”, declaró el brasileño.
Asesinato de Willy
El abogado de la familia Pedraza confirmó que el detenido es considerado un integrante de alto rango del Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas de Sudamérica, con ramificaciones en narcotráfico, sicariato, secuestros y extorsiones.
“Solicitamos que sea trasladado inmediatamente a Brasil, donde tiene acusaciones por al menos nueve homicidios. Es un sujeto extremadamente peligroso, incluso para quienes se encuentran dentro de Chonchocoro”, afirmó el abogado Denver Pedraza.
De acuerdo con las investigaciones, Oliveira habría ingresado a Bolivia con documentación falsificada, obteniendo luego documentos legales con identidades adulteradas.
El joven Jerry Willy Pedraza, de 24 años, fue secuestrado el 22 de octubre de 2018 por una banda compuesta por brasileños y bolivianos. La víctima fue engañada por una mujer brasileña y llevada a una quinta en Montero Hoyos, donde fue sometido a torturas.
Su cadáver fue encontrado enterrado de pie en una fosa, maniatado y con 13 disparos, dos de ellos en la cabeza. Según la Policía, Pedraza fue asesinado el mismo día en que sus captores grabaron un video exigiendo USD 80.000 para su liberación.
La Felcc informó que el crimen estaría relacionado con una deuda por narcotráfico, que tenía un familiar de Willy con los brasileños. Su familia pagó por su rescate, pero los sicarios igual lo acribillaron y dejaron en una fosa común.
Un capo requerido en Brasil
Oliveira acumula nueve órdenes de capturas pendientes por homicidio y pertenencia a organizaciones criminales. Además, ya cuenta con 10 condenas por homicidio doloso, así como antecedentes por robo, asociación delictiva e infracciones de tránsito. La Secretaría de Seguridad Pública de Ceará (Sspds) lo mantenía en su lista oficial de más buscados.
Su captura en la ciudad boliviana de Guayaramerín, frontera con Guajará-Mirim (Rondônia), fue considerada un “golpe importante” a la estructura del Comando Vermelho en territorio boliviano.
Días antes de su aprehensión se registraron en Brasil varias muertes vinculadas a la misma organización, lo que, según la parte querellante, evidencia el nivel de riesgo que el detenido representa.
Su captura en Guayaramerín y el posterior traslado a Santa Cruz fueron ejecutados por unidades especializadas del DACI y la Felcc, en un operativo que incluyó un fuerte despliegue policial dentro y fuera del aeropuerto.
En 2016 protagonizó una masiva fuga en una prisión de Natal (Rio Grande do Norte), de la cual escaparon más de 45 reclusos. Después, en 2017, asesinó a tiros a su exsuegro, Francisco Luciano Ferreira Gadelha, subteniente retirado del Cuerpo de Bomberos de Ceará.
Además, en 2020, ordenó el secuestro, tortura y asesinato de la pareja Sheldon Luiz de Castro Ângelo y Leidiane de Sousa Vieira, tras la pérdida de un cargamento de drogas. Fueron sometidos a un “tribunal criminal”, mutilados y ejecutados.
Asimismo, se le atribuyen homicidios registrados en Itarema, Eusébio, Aquiraz y Maracanaú, y delitos cometidos mientras se ocultaba en comunidades de Río de Janeiro, desde donde también coordinaba asesinatos en Ceará.
Tras su presentación ante las autoridades, el juez determinó su remisión a Chonchocoro. Paralelamente, Bolivia coordina con Interpol para activar su deportación a Brasil.

