Santa Cruz. La reciente crecida del río Yapacaní dejó al descubierto la fragilidad de las barrancas y puso en riesgo gasoductos, líneas de alta tensión, la planta de tratamiento de Santa Fe y viviendas de las cabañas de este puerto. Así lo denunció el ambientalista e ingeniero Román Vitrón.
Fuente: eldeber.com.bo
La reciente crecida del río Yapacaní, registrada el lunes (17 de noviembre) y catalogada como una de las más extremas de los últimos años, ha puesto en riesgo infraestructura estratégica, viviendas y propiedades agrícolas en los municipios de San Carlos y Yapacaní. Así lo alertó el ingeniero ambiental y activista Román Vitrón, quien inspeccionó la zona el viernes por la tarde y documentó los daños.
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Según Vitrón, la crecida (originada por intensas lluvias en los Valles cruceños) provocó un desborde súbito que alcanzó cerca de 7 metros de altura debajo del puente, colapsando barrancas, alterando el cauce y arrasando parcelas completas.
«La crecida ha debilitado mucho más las barrancas porque el sedimiento que va quedando al medio, producto de otras riadas, hizo que se forme el meandro», explicó el ambientalista.
Infraestructura crítica en riesgo inmediato
Durante la inspección, Vitrón constató que:
- Gasoductos de YPFB, que cruzan suspendidos por el puente Yapacaní, están “colgando” debido al desbarrancamiento.
- Las zapatas del puente gemelo ya están expuestas por la pérdida de suelo.
- Los postes de alta tensión de la CRE peligran al colgar de la barranca, tanto al ingreso o salida del puente.
- Las torres de ISA Bolivia han quedado en medio del cauce del río.
- Más abajo, dos torres de alta tensión se encuentran dentro de la playa del río, pese a que antes estaban alejadas del cauce.
- La planta de tratamiento de aguas residuales de Santa Fe, ubicada del lado de San Carlos, pasó de estar a 300 metros del río a tan solo 200.
“Imagínense si hubiera rompimiento de esos ductos y esta crecida hubiera avanzado. En esa parte no avanzó más bien, sino que fue de ahí unos 100, 200 metros hacia arriba, se fue haciendo un meandro», manifestó el ambientalista. El meandro, según Vitrón, se trata de una curva pronunciada que desvía la corriente de hacia hacia los lados.
Propiedades y familias afectadas
La zona más golpeada es la de las cabañas del puerto Santa Fe, donde entre 20 y 30 familias fueron afectadas con el agua en sus viviendas. Una de las personas más perjudicadas, Johnny Cruz (quien apoyó a Vitrón en la inspección con su lancha), vio desaparecer completamente su cabaña al momento del turbión. Luego de la «oleada», su vivienda quedó con lodo.
«El rebalse hizo que se llenaran las casas, muchos fueorn afectados con que se les mojaran los materiales. El que peor parte se llevó fue la cabaña de este señor, don Johnny Cruz, el río le llegó casi al techo de su cabaña», contó. «Yo con los afectados de las cabañas del puerto, como le digo, deben ser unas 20 a 30 familias que viven ahí, son del turismo, en ese lugar, venden comida. Ellos me dicen que no se ha manifestado, hasta ahora, el alcalde de San Carlos, o alguna unidad de gestión de riesgo, tampoco ha venido a hacer una inspección», añadió el ambientalista.
El ambientalista recordó que un evento similar ocurrió en octubre de 2005, cuando el río se llevó dos manzanos de viviendas tras formarse un meandro aguas arriba. “El río está repitiendo el mismo comportamiento”, afirmó.
Falta de defensivos y abandono institucional
Vitrón cuestionó que ni Yapacaní ni San Carlos hayan implementado defensivos a pesar de que la Ley de Áridos y Agregados, Ley N°3425, asigna a los municipios la competencia de administrar la extracción en los ríos y destinar parte de esos recursos a obras de protección. Asimismo, mencionó la Ley de Gestión de Riesgo, Ley N°602, que «le da postestad a los tres niveles de Gobierno para intervenir».
“Este tema de la ley establece que se debió hacer un plan o un manejo de la cuenca de ese río. Y creo que no lo tienen establecido todavía los dos municipios. Un plan general de la cuenca para este río, que lo establece esta Ley de Áridos y Agregados. Estos son temas que, de seguro, después lo tienen que ir viendo para posterior, siempre protegernos”, señaló.
Además, Vitrón denunció que, hasta la fecha de la inspección, 21 de noviembre:
- Searpi no ha realizado una inspección técnica a la zona hasta la fecha de su visita (21 y 22 de noviembre).
- Las alcaldías solo atendieron emergencias inmediatas, pero no han evaluado el riesgo estructural o las cabañas del puerto.
- Hay que estructurar construcciones del canal piloto y los defensivos en cada uno de las barrancas.
- Ante la emergencia, no se ha definido que tipos defensivos se deben realizar para encauzar el río.
Vitrón indicó que se comunicará con el Searpi para solicitar una evaluación de emergencia y medidas inmediatas. Añadió que las cooperativas locales han empezado a gestionar apoyo, especialmente por el riesgo que corre la planta de tratamiento.
“Esto es una denuncia ante la inminente amenaza que hay en el sector del puente. Y, hasta ahora, ya han pasado los días y no se han apersonado el Searpi, alcaldías u otras instituciones para darle atención inmediata a este problema que afecta a las personas de las cabañas del puerto», lamentó.
Santa Cruz. La reciente crecida del río Yapacaní dejó al descubierto la fragilidad de las barrancas y puso en riesgo gasoductos, líneas de alta tensión, la planta de tratamiento de Santa Fe y viviendas de las cabañas de este puerto. Así lo denunció el ambientalista e ingeniero Román Vitrón.


