Desempolvar la ley y salvar nuestra tierra


Hoy no es un día cualquiera. Asumir la vicepresidencia de la Brigada Parlamentaria Paceña no es solo un cargo; es una promesa. Una promesa hecha desde las raíces más profundas de un ciudadano que se declara, con el pecho en alto, orgullosamente kolla y, por sobre todo, orgullosamente boliviano. Es desde este lugar de identidad y amor entrañable por la tierra de los antepasados que nace un llamado urgente y dolorido.

El compromiso nace de una herida abierta: la de ver a nuestra Bolivia sufriendo. Esto estoy seguro de que resuena en el corazón de muchos: «Me duele, me duele mi Bolivia.»



  • Ríos que Sangran: La minería irresponsable e insostenible envenena las venas de nuestra tierra, dejando cicatrices de agua contaminada que arrasan con la vida y el futuro de comunidades enteras.
  • Bosques que Lloran: Incendios forestales, muchos de ellos provocados, consumen decenas de miles de hectáreas cada año. Son pulmones que se apagan, biodiversidad que se reduce a cenizas, mientras durante décadas, denuncia el parlamentario, «autoridades no hicieron nada.»

La crisis climática y ambiental ya no es una amenaza lejana; es una realidad que sofoca, quema y envenena.

Frente a este panorama, no hay espacio para la desesperanza, sino para la acción contundente. Debemos «desempolvar la Ley 1333», pues, aunque muchos  no la conozcan o no la recuerden, la Ley de Medio Ambiente no puede ser un documento antiguo olvidado en un archivo. Es la herramienta legal más poderosa con la que cuenta Bolivia para defender su derecho a un medio ambiente sano y si requiere ajustes es el momento de hacerlo. «Desempolvarla» significa sacarla del olvido, aplicarla con rigor y, lo más importante, ejercer una «verdadera Fiscalización». Esto implica:

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

  • Auditar a industrias y sectores que operan al margen de la ley ambiental.
  • Sancionar a los contaminadores, sin excepciones ni privilegios.
  • Exigir que los proyectos económicos cumplan con todos los estudios de impacto ambiental.
  • Supervisar a los distintos niveles de gobierno en su obligación de proteger nuestros recursos naturales.

Pero esta misión no se puede llevar a cabo en solitario. La convocatoria es clara y trascendental: Y convocó a todas las brigadas parlamentarias a trabajar unidos por nuestra naturaleza, antes de que sea demasiado tarde.

La lucha por el medio ambiente no conoce colores políticos ni rivalidades regionales. Es una causa que nos une a todos como bolivianos. La degradación de un río en el altiplano paceño afecta al ecosistema amazónico; el humo de los incendios en la Chiquitania llega a las ciudades de los valles. No hay fronteras para la contaminación, y no debe haberlas para la solución.

El camino por delante es arduo, pero la hoja de ruta está trazada: aplicar la ley, fiscalizar con firmeza y unirse más allá de las diferencias. El tiempo se agota. Es ahora, antes de que sea demasiado tarde, que debemos unirnos para que el dolor de hoy se transforme en el legado de un Bolivia verde, próspera y sana para las futuras generaciones.