
El presidente Rodrigo Paz aseguró que «si no hay buena justicia, no se puede acabar con el Estado Tranca», por lo que encargó a Marcelo Yamil García, el primer viceministro de Justicia, reformar, transformar y dotar a Bolivia de una justicia libre de corrupción que garantice los derechos de los ciudadanos. Reconoció, nuevamente, que no será una tarea sencilla debido a “las trampas que nos dejaron” los anteriores responsables del Estado.
“Su trabajo es fundamental. Si no hay buena justicia, no se puede acabar con el ‘Estado tranca’. Si no hay buena justicia, no se genera una economía para la gente”, dijo durante su discurso tras la posesión de Yamil en su cargo.
Paz recalcó que uno de los problemas que enfrenta la economía nacional es la dificultad de integrarse a la estructura formal. Esto lo atribuyó, entre otras razones, a la falta de seguridad jurídica y a lo que él denomina “Estado tranca”, es decir, instituciones públicas que dificultan a la población económicamente activa trabajar de manera legal.
«No es un discurso ideológico, sino uno apegado a la realidad: solo el 15% de la población en Bolivia es formal, mientras que el 85% está conformado por gremiales, cuentapropistas, transportistas, artesanos y una serie de sectores afectados. Requieren seguridad jurídica para que la economía formal en Bolivia sea accesible y con garantías», agregó. «La economía no generó garantías porque estaba vinculada a que el Estado fuera el productor, el jefe y el dueño de la justicia, de la economía y de la sociedad».
El mandatario también se refirió a la necesidad de reformar el Poder Judicial y de luchar contra la corrupción. Para ello, consideró que se debe trabajar de la mano con la justicia para deshacer el daño que, asegura, causaron los 20 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS).
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«Está claro que no será de la noche a la mañana, porque nos han dejado trampas; esa forma judicial succiona la energía de los bolivianos», afirmó.