En Honduras, la financiación de campañas políticas a través del narcotráfico y el crimen ha salpicado varios partidos políticos, incluidos los tres más grandes que se presentan a estas elecciones generales. Algunos analistas atribuyen este fenómeno a los altos costos en las campañas y la falta de control estatal.

La financiación de campañas políticas a través del narcotráfico y el crimen organizado es una constante en Honduras. Hay casos dentro de cada uno de los tres grandes partidos: Nacional, Liberal y Libre. Un sistema del que el expresidente condenado a 45 años, Juan Orlando Hernández, es el máximo exponente, pero no el único.
El problema de origen es el costo de las campañas, según apunta a RFI el director de FLACSO Honduras, Rolando Sierra, “aquí hay que decir que en el caso de Honduras las campañas son de alto costo, hay mucha inversión en publicidad, inversión en recorrer el país. De hecho, hay candidatos a diputados que lo que invierten en su campaña electoral, es mucho más de lo que van a recibir como salario en los cuatro años. Entonces, frente a esto, se busca el dinero donde se puede encontrar”.
Para Sierra, estos altos costos abren la puerta al narcotráfico y “en muchos casos es el narcotráfico, el que financia a muchos candidatos a alcalde, a diputados o a veces también a la presidencia”, aseguró.
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El límite de gasto para los candidatos presidenciales es de casi 20 millones de dólares. Aunque parezca poco comparado con otros países, los expertos coinciden en que es mucho para la realidad del país y critican la forma de obtener fondos discrecional y carente de la supervisión necesaria.
Cristian Nolasco, de la organización civil Consejo Nacional Anticorrupción, critica la falta de datos: “La responsabilidad de recabar esos datos corresponde a la unidad de financiamiento de las campañas políticas. Sin embargo, como la unidad está debilitada, no presenta datos” señaló Nolasco, explicando que ellos no pueden ni siquiera retomar esas cifras de quiénes y cuántos candidatos o candidatas “son de cierta manera financiados por el crimen organizado. Lo que sí podemos mencionar es que ha sido una práctica recurrente”, aseguró.
El resultado es que el narcotráfico financia al político y el político queda a su servicio, señala Rolando Sierra de FLACSO Honduras, agregando que “después el Estado termina capturado, un Congreso Nacional en función de quienes le financiaron, un poder judicial también y toda la institucionalidad, prácticamente”, lamentó al subrayar que este es uno de los más grandes desafíos que tiene el país, pues la falta de enjuiciamiento ha creado una relación simbiótica entre políticos y narcotraficantes.