Gradualismo, discreción y heterodoxia económica


 

La gestión de la administración gubernamental en la segunda semana de noviembre del 2025 normalizo el suministro del combustible en el país; acordaron nuevos créditos de organismos multilaterales y bilaterales; la cotización del dólar paralelo en su nivel y tendencia es declinante y la calificación de riesgo país declino a 930 puntos el 10 de noviembre, por las expectativas favorables sobre el futuro de la economía boliviana.



El presidente Rodrigo Paz y su ministro de Economía y Finanzas Públicas Marcelo Montenegro el día martes 25 de noviembre anuncio tres medidas económicas que deben ser enviadas a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su tratamiento que son: derogar el Impuesto a las Transferencias Financieras (ITF), el Impuesto a las Grandes Fortuna (IGF), el Impuesto al Juego (IJ) y el Impuesto a las Promociones Empresariales (IPE), y posterior promulgación por el Órgano Ejecutivo.  Por otra parte, pedirán a la Cámara de Diputados la devolución de la Ley del Presupuesto General del Estado (PGE 2026) para ser modificada por el Órgano Ejecutivo a su nueva estructura organizativa administrativa que se reducirá en un 30% el gasto fiscal para el 2026, que correspondería a la etapa de transición económica.

Los efectos de los anuncios económicos son favorables para los agentes económicos consumidores, empresarios, gobierno y resto del mundo, pero no son de efecto inmediato por el tiempo que transcurrirá después de su promulgación y publicación en la Gaceta Oficial y actualizar los procesos administrativos por la burocracia estatal en las entidades públicas para su ejecución en todas las dependencias estatales nacionales y subnacionales.

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Mientras tanto el país continuará con déficit de balanza de pagos, déficit fiscal, crisis cambiaria, el dólar paralelo continúa superando a la cotización oficial, inflación galopante y pocos ingresos, porque fue postergado las medidas de ajuste económico y reformas estructurales correspondientes a la segunda y tercera etapa económica que sería aprobada en el mes de marzo del 2026, para resolver los problemas económicos que afectan a los bolsillos de las personas, sin embargo, a pesar de la decisión de las autoridades gubernamentales toman decisiones gradualmente, discrecionalmente y heterodoxos se mantienen las expectativas favorables de una nueva etapa en la historia económica, política y social de Bolivia.

Al inicio de una nueva gestión gubernamental, las nuevas autoridades analizaron los informes realizados por el equipo de transición, para diseñar e implementar un cambio de la política económica.

Decidir si la política económica de ajuste sea “despacito” (gradualismo) o de “golpe” (shock);  “prudencia” (discreción) o ley (reglas); creencia correcta (ortodoxia, promercado) o creencia contraria (Heterodoxia, Estado y mercado) para resolver los problemas económicos del país, fue definida con el anuncio de las tres medidas económicas señaladas anteriormente que por sus características  decidieron por una política económica de ajuste sea “despacito” (gradualismo);  “prudencia” (discreción) y creencia contraria a leyes y principios económicos (heterodoxia, Estado y mercado).

La elección de una política gradualista, discreción y heterodoxia económica significaría que la administración gubernamental requiere buscar apoyo político de la población y mayores recursos financieros en moneda nacional, dólares y conseguirlos necesitan más tiempo, sin embargo, se dejó pendiente eliminar las cuotas de exportación que su liberalización generaría un incremento del flujo de dólares y del stock de las reservas internacionales netas del país.

También la elección de la política económica depende del estado de la economía, es decir si la inflación es tres dígitos o más como fue la hiperinflación de Bolivia y las reservas internacionales netas negativas del BCB a mediados de la década de los ochenta en el siglo XX, se justificaba aprobar una política de ajuste de shock e incurrir en un elevado costo social.

Finalmente, la actual decisión asumida por la administración gubernamental del presidente Rodrigo Paz y sus ministros de elegir la política económica de característica gradualista, discreción, heterodoxia y sus resultados esperados tendrán éxito principalmente por el factor de credibilidad del equipo económico, es decir si: “dicen lo que es, piensan lo que es y hacen lo que es, es consistente y se logra un éxito”, y si: “dicen lo que es y con lo que dice que piensa y actúa de manera diferente no hace consistencia y, por lo tanto, fracasaría”.

 

 

Germán Molina Diaz, Economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, docente de la UCB e Investigador asociado del IISEC.