El legislador detalló que la propuesta se dio en medio del despliegue de fuerzas militares estadounidenses frente a las costas venezolanas y la presión internacional para lograr una transición pacífica en Caracas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ofreció al dictador Nicolás Maduro “irse a Rusia u otro país” (Foto AP/Alex Brandon)
(Con información de AFP)
Fuente: infobae.com
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El senador republicano Markwayne Mullin aseguró que Estados Unidos ofreció al dictador venezolano Nicolás Maduro la posibilidad de exiliarse en Rusia o en otro país en medio del amplio despliegue militar de Washington frente a las costas del país.
“Le dimos a Maduro la oportunidad de irse. Le dijimos que podía ir a Rusia o a otro país”, dijo en una entrevista con CNN, al explicar que la administración de Donald Trump busca aumentar la presión sobre el régimen chavista.
Mullin, integrante del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, precisó que “no se planea enviar tropas a Venezuela”, y remarcó que la meta de Donald Trump es “proteger nuestras propias costas”.
Las gestiones diplomáticas se produjeron en paralelo a las advertencias lanzadas por el mandatario estadounidense, quien el sábado anunció en Truth Social que “el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela está completamente cerrado”.
Según fuentes citadas por Infobae, Trump mantuvo en los últimos días una conversación telefónica con Maduro, acompañado del secretario de Estado Marco Rubio, para dejarle en claro que están “dispuestos a multiplicar las acciones militares” si no abandona el poder pronto.

El senador republicano Markwayne Mullin (REUTERS/Ken Cedeno)
Los contactos, descritos por portavoces oficiales como parte de una política de máxima presión, excluyeron cualquier negociación a través de contratos petroleros o mesas de diálogo que pudieran dar alternativas de maniobra a Maduro.
Un vocero de la Casa Blanca descartó ante una pregunta de Infobae la posibilidad de una reunión cara a cara entre Trump y el dictador venezolano: “Es un invento”.
Desde septiembre, el Pentágono lanzó bombardeos y ataques contra embarcaciones cargadas con droga en el mar Caribe y el Pacífico oriental. El saldo, según Estados Unidos, supera los 83 muertos, en una campaña cuyo objetivo declarado es cortar las rutas del narcotráfico que, según Washington, Maduro coordina desde Venezuela.
A su vez, la dictadura chavista rechazó la ofensiva militar y acusó a Estados Unidos de buscar un cambio de régimen con la excusa de la lucha antidrogas y para tomar el control de las reservas petroleras.
El endurecimiento de la postura estadounidense fue refrendado por el senador Lindsey Graham, quien calificó a Maduro de “líder ilegítimo” y afirmó: “Maduro controla un estado narcoterrorista que está envenenando a Estados Unidos”.
“Le dimos a Maduro la oportunidad de irse. Le dijimos que podía ir a Rusia o a otro país”, dijo el senador Markwayne Mullin (REUTERS/Leonardo Fernández Viloria)
Graham sugirió posibles destinos de exilio para el dictador Maduro.
“Escuché que Turquía e Irán son lugares encantadores para visitar en esta época del año”, dijo.
Mientras tanto, el régimen venezolano respondió con nuevos ejercicios militares en la costa y la movilización de unidades armadas. Maduro, en el poder desde 2013, se robó las elecciones del 28 de julio de 2024, lo que desencadenó una oleada represiva con detenciones masivas de opositores.
Los líderes de Venezuela, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, consideran que la salida de Maduro es indispensable para iniciar una transición. Funcionarios republicanos creen que el cerco militar y la presión directa podrían acelerar ese escenario.
Plataformas de rastreo aéreo registran vuelos frecuentes de aviones militares estadounidenses frente a la costa venezolana, señal de que el incremento de la actividad continúa mientras Washington insiste en que su objetivo es interrumpir las redes criminales que operan en la región.
Países vecinos como República Dominicana y Trinidad y Tobago han autorizado el uso de sus infraestructuras para ejercicios o apoyo logístico a Estados Unidos, sumándose así a la estrategia regional de presión sobre Caracas.
El legislador republicano detalló que la propuesta se dio en medio del despliegue de fuerzas militares estadounidenses frente a las costas venezolanas y la presión internacional para lograr una transición pacífica en Caracas
La Casa Blanca continúa defendiendo la ofensiva como una iniciativa para cortar los flujos de drogas hacia territorio estadounidense y responder a las exigencias de la comunidad internacional y de la diáspora venezolana, mientras el desenlace político dependerá de la respuesta del régimen de Maduro ante el cerco liderado por Washington.