Los cultivos de vid estarían reduciendo. Las zonas con más demanda de compra de tierras son Santa Ana La Nueva, La Pintada, San Isidro, La Ventolera, Ancón, Pampa La Villa, El Portillo, Tolomosa, San Jacinto, San Andrés, y otras zonas.
La Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT), la Asociación Nacional de Viticultores de Tarija (ANAVIT) y la Federación Departamental de Viticultores (Fedevit), demandan al Gobierno Nacional, autoridades departamentales y municipales, regular la venta clandestina de tierras en el valle central de Tarija, con fines de habilitar urbanizaciones dentro de zonas productoras aptas para cultivos de uva y otros rubros agrícolas.
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El presidente de la FEPT, Franz Molina, indicó que miles de hectáreas de terrenos aptas para la producción de uva, hortalizas, frutales y granos, en los municipios de Cercado y Uriondo, están en riesgo de desaparecer por la venta irregular de tierras por parte de familias campesinas y viticultores a privados. Lo que hacen, advirtió, es parcelar las áreas de cultivo para la venta de lotes, con el objetivo de ampliar la mancha urbana en el valle central de Tarija.
Ante esta situación, los empresarios privados solicitaron a la Asamblea Legislativa Plurinacional la aprobación de una ley nacional para regular la venta clandestina de tierras productivas, una acción que no solo se da en Tarija. Con ello, también se busca proteger las tierras agrícolas que garantiza la seguridad alimentaria.
La producción de uva, el paisajismo y el turismo están en peligro de desaparecer en el valle central de Tarija, por los loteamientos que están dándose sin ninguna tregua, en zonas como Santa Ana, La Pintada, San Isidro, La Ventolera, Ancón, Pampa La Villa, El Portillo, Tolomosa, San Jacinto, San Andrés, y otras zonas productoras, señaló José Luis Sánchez, vocero de la Cadena de Uva Vinos y Singanis.
Cabe recordar que en Bolivia, la Ley 477, promulgada en 2013, ya penaliza el avasallamiento y tráfico de tierras. Esta ley tipifica el avasallamiento como un delito, con penas de 3 a 8 años de cárcel. Establece un procedimiento de desalojo expedito a través de la Autoridad Agroambiental para proteger las propiedades privadas, estatales y fiscales.
Actualmente se estima que en el valle central de Tarija hay unas 3.200 hectáreas cultivadas con vid, de ese total, el 50% es de la variedad de uva Moscatel de Alejandría, para la elaboración de singani y para consumo como fruta de mesa.
La estimación es del vocero de la Cadena Uva, Vino y Singani, al admitir que son datos no actualizados, pues corresponden al año 2018-2019. Mencionó que se hizo un censo, pero los resultados no se hicieron público hasta ahora.
La producción vitivinícola no solo sostiene empleos directos, más de 5.000 familias involucradas en producción y más de 3.500 personas empleadas en bodegas, cultivos, comercialización y distribución, sino que es la base de uno de los pilares turísticos más sólidos de la región. El paisaje vitivinícola de Tarija ha sido reconocido internacionalmente, como “la Toscana boliviana”.
Llaman a preservar los cultivos de vid
En agosto de este año, el gerente de la Asociación de Vinos y Singanis de Bolivia, Fernando Galarza, ya advirtió que esta situación, que amenaza la expansión de la vides.
Galarza dijo que como sector realizaron un levantamiento de datos y constataron que la frontera agrícola no estaba creciendo, pero sí los loteamientos y fraccionamiento de áreas productivas, que afectan al crecimiento de este sector.
“Nosotros estamos trabajando para revertir esta situación, para que se pueda generar una nueva normativa que impida esta suerte de avasallamientos, de fraccionamientos de área productivas, en una zona que ahora es la que está dando el dinamismo económico a este departamento, por lo tanto, hay que preservarla”, dijo Galarza.
Es por esa razón que insistir en cuidar no solo la parte productiva, sino también la paisajística, que es lo que genera turismo, a través de la Ruta del Vino.
“Tenemos información que en el valle central se están quitando los cultivos de vid para poner otro tipo de cultivos tradicionales, como la papa o tomate, que en el mercado tienen un buen precio y resulta mejor”, recalcó.
