Por Charles M. Flores

La tragedia ocurrida en un surtidor del municipio de Portachuelo continúa dejando secuelas dramáticas. La mujer de 24 años que sufrió graves quemaduras luego de la explosión de un vehículo —en el que se encontraba junto a sus dos hijos, de uno y tres años— permanece en terapia intensiva en el Hospital Japonés de Santa Cruz. Su estado es descrito como crítico y delicado, y su pronóstico, reservado.
El director del Hospital Japonés, Dr. Víctor Hugo Zambrana, informó que la paciente presenta quemaduras en el 61% de su superficie corporal, lo que la convierte en un caso de “gran quemado” con alto riesgo de vida. Actualmente, se encuentra sedada e intubada, medida necesaria para sobrellevar el intenso dolor y permitir las curaciones especializadas que requiere.
“Se trata de una paciente de muy alto riesgo. No podría soportar el dolor por el gran quemado y por las curaciones difíciles que son de realizar”, explicó Zambrana.
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A la complejidad del cuadro se suma una situación inesperada: la mujer se encuentra embarazada de cinco semanas. Según el reporte médico preliminar, el feto no habría sido afectado por la deshidratación ni por el trauma inicial; sin embargo, su evolución dependerá directamente del estado de salud de la madre.
“El proceso que ha sufrido probablemente no vaya a afectar al feto de cinco semanas. Pero si la evolución de la paciente fuera muy mala, también podría complicarse el embarazo”, precisó el director del hospital.
Los hijos de la mujer, quienes también resultaron lesionados en la explosión, permanecen internados, luchando igualmente por su recuperación.