¿Se viene un reventón de la burbuja de la IA y las tecnológicas?


Hace unos días, toda la bolsa de valores del mundo, literalmente, estaban mordiéndose los dedos, mientras esperaban el reporte final financiero – ingresos trimestrales – de la poderosa empresa de tecnología NVIDIA. De hecho, toda la economía mundial estaba en riesgo. Los fantasmas de la burbuja inmobiliaria del 2008 y los zombis de la puntocom volvieron a salir de sus roperos y esquinas oscuras, atemorizando a propios y extraños.

Empecemos por dimensionar las cifras como contexto obligatorio para entender – en la medida de lo plausible – este gigantesco riesgo financiero global. Para comenzar, las cinco mayores tecnológicas estadounidenses (Nvidia, Apple, Alphabet, Microsoft y Amazon) llegan a capitalizar de manera conjunta, la friolera de 15,7 billones de euros; es decir, aproximadamente, 16 mil millones de dólares o su equivalente a la valoración de todas las compañías de las grandes bolsas europeas. ¡Solo esas cinco!



Sólo Nvidia vale en solitario más de 5 mil millones de dólares. O sea, más que las 50 compañías más grandes y poderosas de toda Europa, con todo el riesgo que esto supone.

De inmediato salta una pregunta, por demás, oportuna ¿Puede o debería justificarse que una sola compañía valga cerca de 5 mil millones de dólares y que todo el ecosistema tecnológico y la salud y el equilibrio de la economía mundial dependa de si se resfría o le salen más músculos?

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No. La respuesta debería ser no. Por el nivel de monopolio y el descomunal riesgo que representa para todo el sistema, depender de una sola soga.

¿O acaso ya nos olvidamos de la crisis de la puntocom de hace 25 años? Un lunes negro de 13 de marzo de 2000, irrumpió la noticia de que Japón había entrado oficialmente en recesión, desatando una onda masiva de ventas, las mismas que golpearon, específicamente, a las “tecnológicas”, las denominadas puntocom. Yahoo y eBay abandonaron sus negociaciones de fusión, y el Nasdaq (acrónimo de National Association of Securities Dealers Automated Quotations) emprendió un rumbo decididamente bajista, cayendo hasta un 78% en el valor de sus acciones, arrastrando a la quiebra a miles de empresas en el mundo.

Una semana después del descalabro, las noticias reflejaban la quiebra de muchas empresas de internet por falta de liquidez. La estantería se había desmoronado y muchos empezaron a dudar del valor real de dichas empresas y si sus valoraciones financieras estaban “infladas”. Lo que sí es cierto es que, un cuarto de siglo después del reventón de la burbuja de la puntocom, ya hay muchos medios especializados que están alertando de este posible incidente, que se vendría— otra vez— de la mano de las tecnológicas.

Cada vez este mundo está marcado por la incertidumbre y por una fuerte ola de preocupación sobre el rumbo de la geopolítica con un Trump pateando el tablero, subiendo tarifas indiscriminadamente, aislando a Estados Unidos del mundo y golpeando a Ucrania, poniendo en jaque a toda Europa, frente a un desquiciado Putin.

Las certezas son a la inversa y las alertas de un posible colapso de estos gigantes de la tecnología, que monopolizan la inteligencia artificial (IA) a nivel planetario, son altamente preocupantes, por lo que deberíamos temer un potencial estallido de la burbuja por las altísimas valoraciones que han alcanzado un puñado de firmas. ¿O acaso podríamos sostener que sencillamente se trata de una especie de vértigo por desplomarse desde un enorme rascacielos que no deja de construir pisos uno sobre otro, a una velocidad jamás antes vista?

Todos – creería – estamos de acuerdo que la IA cambiará todo. Absolutamente todo. No solo hará más productivas las industrias, sino que mejorará las capacidades humanas, hará más precisa la tecnología militar y de defensa, curará enfermedades históricas de la humanidad, ya no habrá paralíticos porque podrán hasta correr gracias a exoesqueletos, zapatillas inteligentes para ser más ágiles, hasta incluso se podrá caminar sobre el agua (imagino que habrá una preocupación narrativa bíblica y papal al respecto); gracias a implantes de chip cerebrales, nos comunicaremos con todos los dispositivos tecnológicos de manera telepática. En fin, todo lo que Usted amable lector se imagine, ya está desarrollado o a punto de ser diseñado.

El problema, nuevamente, radica en la misma encrucijada: Nunca se ha desembolsado tanto dineral en un puñado de tecnológicas y que hasta ahora no logran demostrar un modelo de negocio sostenible y que justifique una factura de billones de dólares en inversiones. Todo es especulación y funambulismo financiero y bursátil donde todos están entrelazados y son dependientes unos de otros a niveles extremos.

Sólo en financiamiento, n lo que va de año, las cinco mayores tecnológicas, Amazon, Alphabet, Microsot, Meta y Oracle, han levantado un récord de 108.000 millones de dólares, lo que significa una deuda que triplica todo lo captado a lo largo de toda la última década. Y el pozo sigue cavándose y no hay billetera que aguante. La IA es costosísima.

Y esto, es sólo la puntita del iceberg.