La denuncia que pesa sobre el dirigente señala que, más allá de ser un beneficiario de la harina a precio subsidiado, también actuaba como proveedor del Estado para el mismo producto. Asimismo, habría suscrito un contrato de arrendamiento con EMAPA para almacenar productos de la empresa estatal en un inmueble de su propiedad, lo que configura un presunto conflicto de interés y un esquema de aprovechamiento personal de los recursos públicos.
El dirigente de la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia (Conapabol), Rubén Ríos, fue aprehendido por su presunta vinculación con las irregularidades en la distribución de harina subvencionada de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA). A su llegada a las dependencias policiales, Ríos lanzó un mensaje desafiante dirigido a las autoridades y medios de comunicación con el que busca deslindar la situación judicial de su círculo familiar.
“A mi familia más están atentando. Si quieren agárrense conmigo, no con mi familia”, manifestó Ríos de manera enfática mientras era trasladado enmanillado para prestar su declaración informativa. Con esta frase, intentó presentarse como el único responsable frente a las acusaciones y rechazar la narrativa de la Fiscalía sobre la existencia de una red familiar de corrupción.
Ante las cámaras, el dirigente detenido mostró su molestia por el rumbo que estaba tomando la investigación y cuestionó de raíz el fundamento de la investigación fiscal, que habla de «clanes familiares» involucrados en el desvío del subsidio estatal.
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Al ser consultado sobre esta acusación, respondió: “Somos 51 panificadores Ríos, no es un clan familiar. Este es un plan político”. De esta manera, el dirigente argumentó que la gran cantidad de personas con su apellido dedicadas al rubro no constituye una organización delictiva, sino una coincidencia profesional y atribuyó el proceso judicial a una motivación ajena a la justicia.
La aprehensión se produjo después de que el pasado viernes 28 de noviembre la Fiscalía y la Policía allanaran su domicilio sin encontrarlo, lo que había generado sospechas de una posible fuga. El fiscal Ronald Jurado informó que Ríos fue capturado cerca de las 15:00. En horas de la mañana, también fue aprehendido su hijo, Ricky Ríos, quien presuntamente también habría sido beneficiado con la harina subvencionada, lo que contradice el intento del padre de separar los casos.
La denuncia que pesa sobre el dirigente señala que, más allá de ser un beneficiario de la harina a precio subsidiado, también actuaba como proveedor del Estado para el mismo producto. Asimismo, habría suscrito un contrato de arrendamiento con EMAPA para almacenar productos de la empresa estatal en un inmueble de su propiedad, lo que configura un presunto conflicto de interés y un esquema de aprovechamiento personal de los recursos públicos.
Al ser consultado sobre el paradero de otro de los principales investigados y prófugo, el exgerente de EMAPA Franklin Flores, Ríos se desligó y afirmó que no lo ha visto desde que este salió, supuestamente, del país. El caso de la harina subvencionada se ha convertido en uno de los símbolos de la lucha contra la corrupción anunciada por el Gobierno del presidente Rodrigo Paz, y la detención de una figura clave como Ríos marca un punto de inflexión en una investigación que promete extenderse a más beneficiarios y funcionarios.