Paridad en papel, violencia en práctica: los desafíos del país hacia las Elecciones Subnacionales 2026


Bolivia es reconocida por su avanzado marco jurídico en materia de paridad. La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE) destacó en agosto de 2025 que el país cuenta con uno de los sistemas normativos más sólidos de la región y un compromiso sostenido con la igualdad de género en la política. Hoy, las mujeres ocupan el 52,4 % de los escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Sin embargo, este progreso convive con profundas contradicciones. La paridad no alcanza al binomio presidencial y es aún limitada en los niveles ejecutivos, municipales y departamentales. A ello se suma la violencia política frecuente que enfrentan las mujeres que deciden participar en los espacios de poder.



Los datos son contundentes. Según ACOBOL, tras las Elecciones Subnacionales de 2021, solo el 7 % de las Alcaldías está liderado por mujeres. Además, desde la promulgación de la Ley Nº 243 en 2012, de 538 denuncias de acoso y violencia política, únicamente 6 llegaron a sentencia, lo que evidencia un sistema que reconoce la violencia en la norma, pero que fracasa en sancionarla.

Esta brecha también se reflejó en las Elecciones Generales de 2025: la participación de mujeres en los binomios presidenciales fue mínima. Hubo una sola candidata a la Presidencia —quien renunció antes de la elección— y apenas una mujer acompañando una fórmula presidencial.

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En este escenario, la convocatoria a las Elecciones Subnacionales 2026, emitida por el Tribunal Supremo Electoral, introduce en el centro la obligación de cumplir con la paridad y la alternancia. Entre el 17 y el 22 de diciembre de 2025, las Organizaciones Políticas habilitadas deberán presentar sus listas; y entre el 29 de diciembre y el 2 de enero de 2026, los Tribunales Departamentales Electorales verificarán el cumplimiento de los artículos 105, 106 y 107 de la Ley Nº 026.

Este proceso abre una ventana de oportunidad y, al mismo tiempo, un examen para evaluar si Bolivia ha avanzado realmente más allá del cumplimiento formal. El desafío es lograr que un número mayor de mujeres sea nominada a cargos ejecutivos como gobernadoras o alcaldesas.

Las próximas Elecciones Subnacionales no solo renovarán autoridades; también pondrán a prueba la confianza ciudadana en el compromiso del sistema político con la igualdad de género. A la luz de la evidencia, la pregunta es inevitable: ¿estamos construyendo una Democracia verdaderamente paritaria o solo cumpliendo el mínimo legal para aparentarlo?

En este contexto, la democracia boliviana enfrenta un desafío urgente y estructural: convertir la paridad en una práctica efectiva y combatir sin ambigüedades el acoso y la violencia política que expulsan, silencian o desincentivan a las mujeres. Mientras la ley no se acompañe de mecanismos que aseguren una participación segura, libre de violencia y con poder efectivo para las mujeres, la paridad continuará siendo un mandato simbólico más que una realidad.

Por Yovanka Dayan Rodriguez Rodriguez