El presidente de Estados Unidos se refirió a una posible detención de la líder opositora venezolana si retorna a su país. La premio Nobel de la Paz dijo que Washington la ayudó a salir de la clandestinidad y llegar a Oslo.
El presidente de EEUU, Donald Trump (REUTERS/Brian Snyder)
Fuente: infobae.com
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia directa al régimen de Venezuela al expresar su rechazo ante la posibilidad de que la líder opositora María Corina Machado sea arrestada si vuelve a su país.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump afirmó: “No me gustaría que la arrestaran, no estaría contento con eso”, en respuesta a preguntas sobre el futuro de Machado tras recibir el Premio Nobel de la Paz.
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El mandatario estadounidense, quien reconoció la deferencia de Machado al dedicarle el galardón, aseguró desconocer planes concretos para su detención y subrayó que su principal motivación en política internacional es “salvar vidas”, más allá de los reconocimientos.
La postura de la administración estadounidense se produce en un momento de máxima tensión para la dirigente venezolana.

La ganadora del Nobel de la Paz María Corina Machado (Stian Lysberg Solum/NTB Scanpix, Pool Foto via AP)
De acuerdo con fuentes oficiales citadas por The Wall Street Journal, Machado permaneció oculta durante un año en Venezuela, bajo estricta vigilancia y amenazas del régimen de Nicolás Maduro. La operación para facilitar su salida del país se diseñó con un alto nivel de secretismo y contó con la colaboración de aliados políticos, familiares y funcionarios estadounidenses, quienes evitaron divulgar cualquier información hasta que la opositora se encontrara a salvo fuera del territorio venezolano.
El escape de Machado comenzó el lunes por la tarde, cuando, disfrazada y con una peluca, abandonó el suburbio de Caracas donde se había refugiado. Según The Wall Street Journal, la dirigente atravesó diez puestos de control militares en un trayecto de diez horas hasta llegar a un pueblo pesquero costero. Allí, abordó una precaria lancha de madera rumbo a Curazao, enfrentando un mar agitado y fuertes vientos.
Durante la travesía, dos aviones F18 de la Armada de Estados Unidos sobrevolaron el Golfo de Venezuela durante unos 40 minutos, en una maniobra de protección cercana a la ruta marítima de Machado.
Una vez en Curazao, la líder opositora abordó un avión privado con matrícula mexicana, que la trasladó primero a Bangor, Maine, para una escala técnica, y luego a Oslo, Noruega.
Maria Corina Machado, Premio Nobel de la Paz, saluda a sus seguidores a las puertas del Grand Hotel en Oslo, Noruega (NTB/Lise Aserud vía REUTERS)
El viaje, de casi 9.000 kilómetros, culminó en la madrugada del jueves, cuando Machado llegó a la capital noruega tras una odisea que puso a prueba la logística y la discreción de sus colaboradores. A su llegada, se reunió en el balcón del Grand Hotel con familiares, aliados políticos y decenas de venezolanos que aguardaban noticias sobre su paradero, en un ambiente de emoción y alivio tras días de incertidumbre.
Debido a los retrasos en el trayecto, Machado no pudo asistir a la ceremonia oficial del Premio Nobel de la Paz. Su hija, Ana Corina Sosa Machado, recogió el galardón en su nombre. En una conversación telefónica con Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, la opositora expresó su gratitud: “Bueno, en persona, les contaré lo que tuvimos que pasar, y tanta gente que arriesgó su vida para que yo pudiera llegar a Oslo. Y les estoy muy agradecida y esto es una muestra de lo que significa este reconocimiento para el pueblo venezolano”, relató.
Durante el acto en Oslo, se leyó un discurso enviado por Machado, en el que situó la lucha venezolana en un contexto histórico de búsqueda de libertad y derechos fundamentales. “Venezuela nació de la audacia, moldeada por una fusión de pueblos y culturas. De España heredamos una lengua, una fe y una cultura que se hermanaron con nuestras raíces ancestrales indígenas y africanas”, afirmó en su mensaje, destacando la relevancia de la primera constitución republicana del mundo hispano en 1811 y la consagración de los derechos individuales y la separación de poderes.
El Comité Noruego del Nobel aprovechó la ceremonia para denunciar la situación de derechos humanos en Venezuela. Frydnes advirtió que “los regímenes autoritarios aprenden unos de otros. Comparten tecnologías y sistemas de propaganda”, señalando a Cuba, Rusia, Irán, China y Hezbollah como aliados del régimen de Maduro. El Comité documentó casos de tortura sistemática y la detención de más de 200 menores tras las elecciones de 2024. Además, Frydnes instó a Maduro a aceptar los resultados electorales y facilitar una transición democrática, un llamado respaldado por dignatarios y líderes internacionales presentes, incluidos los reyes de Noruega y los presidentes de Argentina, Panamá y Paraguay.