“Era un infierno”: Un padre cargó a sus hijos a sus hombros y rezó para salir del turbión


En la comunidad Espejos, Bismarck y su familia estaban durmiendo cuando el vidrio de la ventana se rompió, se encomendó a Dios para que el agua no siga subiendo y se aferró a la vida logrando trepar a un árbol

Mario Rocabado

Fuente: Unitel



En la comunidad Espejos, del municipio de El Torno, una familia vivió horas de terror cuando el río se desbordó con fuerza, arrasando casas y atrapando a quienes dormían desprevenidos, una de las tantas historias que dejó la tragedia que vive esta región cruceña en los días previos a la Navidad.

Bismark Yelma, junto a su esposa y dos hijos, fue arrastrado por la corriente durante varios metros, logrando finalmente trepar a un árbol y aferrarse a la vida mientras la riada destruía su vivienda.

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La madrugada los sorprendió dormidos, cuando el vidrio de su ventana se rompió y el agua ingresó con violencia. La puerta no resistió la fuerza de la corriente y la vivienda quedó sumida en el caos.

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Bismark Yelma, sobrevivió al turbión

Sin poder llegar al árbol más grande cercano, la familia luchó contra la corriente hasta que encontraron dos árboles donde lograron mantenerse a salvo, según el relato de este hombre que reconoce que sobrevivió de milagro y encomendándose a Dios.

Bismarck, de 36 años, recuerda que lo primordial era salvar a sus hijos de 9 y 11 años. “Con nuestros hijos en los hombros, hemos logrado nadar un poco y agarrarnos de las ramas del árbol y ahí nos hemos resguardado”, relató, describiendo los momentos más angustiosos de su vida, cuando la fuerza del agua parecía arrastrarlos sin posibilidad de escape.

Ya en la parte superior del árbol, la familia solo podía rezar para que el agua no siguiera subiendo y poner a salvo a los niños.

“Gracias a Dios, se aferró a la vida. Yo digo, gracias a Dios y él, por mis hijos, yo estoy aquí, estamos vivos”, señaló la esposa de Bismarck, mostrando la mezcla de gratitud y temor que vivieron durante el desastre.

La tragedia no fue exclusiva de esta familia, ya que en otras viviendas de Espejos, adultos mayores también quedaron atrapados y debieron improvisar salidas por los techos mientras la corriente destruía muebles, camas y electrodomésticos.

Más de 30 viviendas resultaron afectadas y más de 50 familias perdieron todo, dejando un panorama devastador tras el paso del turbión del Piraí.