De acuerdo con The New York Times, la nave -identificada como Centuries- se trasladaba con bandera panameña y pertenece a una empresa petrolera con sede en Beijing
El momento en que las Fuerzas de EEUU confiscan el segundo buque petrolero
Fuente: infobae.com
Estados Unidos interceptó este sábado un petrolero con bandera panameña en aguas internacionales del mar Caribe, frente a las costas de Venezuela. Se trata de la segunda embarcación interceptada en el Caribe por el Gobierno de Donald Trump, que la semana pasada incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
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De acuerdo con The New York Times, que citó a un funcionario estadounidense y a dos fuentes de la industria petrolera venezolana, el barco detenido se llama Centuries y no figura en la lista de petroleros sancionados por Estados Unidos. Por el contrario, el medio señaló que el buque pertenece a una empresa petrolera con sede en China que transporta crudo venezolano a refinerías del país asiático.
Horas después de conocerse la noticia, Estados Unidos compartió las primeras imágenes del momento en que personal de la Guardia Costera norteamericana abordó la nave en aguas internacionales, en una acción que se inscribe en el endurecimiento de la presión de Washington sobre el régimen de Nicolás Maduro y sus aliados.
La operación, ejecutada este sábado, incluyó el sobrevuelo de helicópteros militares y el abordaje directo del Centuries por parte de fuerzas estadounidenses.

EEUU confiscó el buque petrolero Centuries, cerca de la costa venezolana
Aunque no figura en la lista oficial de embarcaciones sancionadas por Estados Unidos, el buque se encontraba transportando crudo venezolano hacia refinerías en China, según fuentes de la industria citadas por The New York Times. La ruta y la propiedad del Centuries lo colocaron en el centro de la estrategia estadounidense para limitar la exportación de petróleo venezolano a través de intermediarios internacionales.
Este nueva incautación se produce en el marco de una campaña más amplia de presión diplomática y económica impulsada por la administración de Donald Trump. En las semanas previas, el gobierno estadounidense había intensificado el bloqueo a la entrada y salida de buques petroleros sancionados en Venezuela. “Recuerden que nos quitaron todos nuestros derechos energéticos. Nos quitaron todo nuestro petróleo no hace tanto. Lo queremos de vuelta. Nos lo quitaron ilegalmente”, declaró el presidente norteamericano días atrás.

Trump aumenta la presión sobre el dictador Maduro (EFE/ Shawn Thew / Rayner Peña R)
El operativo contra el Centuries siguió a la incautación del buque Skipper, que ya había sido sancionado por transportar petróleo iraní y que, de acuerdo con la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt, será trasladado a un puerto estadounidense tras un proceso judicial.
Las consecuencias de estas acciones se reflejaron de inmediato en los puertos venezolanos. The Wall Street Journal y TankerTrackers.com reportaron que, el jueves 11 de diciembre, cerca de una docena de buques petroleros permanecían a la espera frente al principal puerto del país, sin que ninguno se atreviera a atracar para cargar crudo. En condiciones normales, al menos diez embarcaciones operarían simultáneamente en la terminal. El temor a nuevas incautaciones estadounidenses ha generado ausentismo entre los empleados portuarios y ha paralizado la actividad en varias instalaciones. El petróleo representa más del 90% de los ingresos por exportaciones de Venezuela, y la presión internacional obliga al país a vender su crudo a precios muy por debajo del mercado, principalmente a China, mientras recurre a sus menguadas reservas internacionales para contener la inflación.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la incautación del barco durante una reunión en la Casa Blanca
La incautación del Centuries y la amenaza de nuevas acciones similares han elevado la tensión en la región y han puesto en alerta a los principales socios comerciales de Venezuela, especialmente China. La administración Trump ha advertido sobre la posibilidad de continuar con la estrategia de incautar más buques, en un intento por aumentar la presión sobre Maduro. La “flota en la sombra” que transporta crudo venezolano, compuesta por cerca de mil buques antiguos —muchos de ellos también involucrados en el traslado de petróleo sancionado de Rusia e Irán—, opera en la clandestinidad para evadir las restricciones. Según TankerTrackers.com, más de 80 buques se encuentran en aguas venezolanas o cerca de la costa, y más de 30 están bajo sanciones estadounidenses. La incautación de embarcaciones en aguas internacionales por parte de Estados Unidos es poco frecuente, aunque existen antecedentes, como la confiscación de cuatro buques que transportaban combustible iraní en 2020, tras la aprobación de un juez federal.