Con un 51% de trabajadores por cuenta propia en el departamento, el impacto del DS 5503 sobre los carburantes pone en duda cómo se reinventarán las personas que pierdan su empleo público o privado

Fuente: El País.bo
Los datos procesados del Censo de Población y Vivienda 2024 y los primeros análisis del impacto del DS 5503 con sus políticas de austeridad y subida de precios del carburante comienzan a dibujar un mapa de vulnerabilidad laboral en el departamento de Tarija. Según el reporte, el sector del transporte se ha consolidado como uno de los pilares de la economía regional, empleando al 7.5% de los 275.854 ocupados en el departamento. Esta cifra supera significativamente el promedio nacional (6.2%) y coloca al transporte por encima de sectores tan dinámicos como el de servicios de alojamiento y comidas (6.1%).
Tarija: Una economía movida por hombres y frontera
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La condición de frontera de Tarija parece ser el factor determinante para que el transporte sea una de las principales fuentes de ingresos. El dato es especialmente relevante al desglosarlo por género: el 12.7% de los hombres ocupados en Tarija se dedican al transporte, es decir, más de 30.000 personas masculinas.
Sin embargo, la solidez de este empleo es hoy más frágil que nunca. El reciente escenario económico, marcado por el incremento en los precios de los combustibles (gasolina, diésel y GNV) tras las medidas gubernamentales, amenaza directamente la rentabilidad de este grupo. Para el transportista independiente tarijeño, que ya opera en un mercado de márgenes estrechos, el alza de costos operativos podría significar la inviabilidad de su fuente de trabajo.
Si bien en el transporte “público” sindicalizado muchos de los choferes trabajan por jornal mientras los dueños de los vehículos obtienen altas rentas, no sucede lo mismo con taxi trufis urbanos y provinciales, que llevan varios años soportando subidas de costos y mayor competencia por falta de alternativas laborales.
El factor DS 5503: Un escenario de difícil absorción
La estructura laboral de Tarija complica cualquier intento de mitigación de daños frente al ajuste económico previsto. El hecho de que el 51% de la población ocupada trabaje por cuenta propia significa que la mayoría de los trabajadores no tienen un empleador que absorba los incrementos de costos o les garantice estabilidad frente a la crisis y “emprender” se haga cada vez más difícil.
En los últimos cinco años, cuando ya se han ido registrando recortes, muchos trabajadores han abierto sus pequeños emprendimientos gastronómicos o se han puesto a “taxear”. Esta alternativa hace que el mercado esté ya saturado.
Analistas locales advierten que la posibilidad de que el mercado laboral absorba a las personas que queden desempleadas por el impacto del Decreto Supremo 5503 es mínima. Con un gasto público en proceso de ajuste y un sector privado formal que apenas representa el 37.6% del empleo (la mayor parte empleo público), Bolivia y Tarija se enfrentan a un cuello de botella social.
«El transporte no es solo un servicio, es el termómetro de la economía popular. Si el transportista pierde ganancias por el combustible, se reduce el consumo general y se frena la cadena de pagos en sectores como la construcción (7.1%) y el comercio», señalan los datos.
Conclusión del análisis
La lectura de los datos censales deja una advertencia clara para las autoridades departamentales y nacionales: el transporte en Tarija no es un sector secundario, es un motor crítico. Ante un escenario de precios de combustibles al alza, el «escudo social» pírricamente dotado hasta ahora parece insuficiente para proteger al 7.5% de una población ocupada que, en su mayoría, depende de su propio volante para llevar el pan a casa.
Oxfam advierte del impacto sobre las MyPES
Un nuevo informe de Oxfam titulado «El costo social del ajuste, Volumen II» revela el impacto de los ajustes sobre el empleo, especialmente sobre las micro y pequeñas empresas (MyPES), mayoritariamente gestionadas por mujeres, y que en Bolivia actúan como un «amortiguador sistémico» crucial ante la crisis económica actual. El estudio destaca que estas emprendedoras contienen la inflación al absorber los incrementos de costos en insumos sin trasladarlos totalmente a los precios finales, protegiendo así el consumo de sus clientes a expensas de sus propios márgenes de ganancia y del bienestar familiar.
Entre los hallazgos principales señalados por Oxfam están:
Impacto del ajuste: Las simulaciones indican que la devaluación y la eliminación de subsidios erosionan severamente la rentabilidad de las MyPES, empujando a muchas unidades por debajo del umbral de viabilidad económica.
Estrategia de supervivencia: La estructura informal y unipersonal del sector no refleja ineficiencia, sino una respuesta racional ante los altos costos de transacción y la necesidad de conciliar el trabajo con las tareas de cuidado.
Costo en el hogar: La caída de ingresos se traduce en recortes en la calidad de la alimentación y salud familiar, convirtiendo al hogar en el principal soporte de los costos de la crisis.
Por último, Oxfam sostiene que apoyar a las mujeres emprendedoras no es solo una medida de equidad, sino de alta eficiencia económica. Se propone fortalecer las redes asociativas para potenciar su rol productivo y mejorar la oferta estatal de servicios de cuidado, salud y educación, lo que permitiría aliviar la «pobreza de tiempo» que limita su crecimiento. “Proteger este sector es vital para preservar el capital humano de las futuras generaciones en Bolivia”.
Fuente: El País.bo