Cepal destaca leve crecimiento de Bolivia, pero será parte del freno regional en 2026


El Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025, advierte que el consumo privado y la demanda externa perderán fuerza en 2026, en un contexto de desaceleración regional

Por Raúl Domínguez



Fuente: eldeber.com.bo

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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la región atraviesa un ciclo prolongado de bajo crecimiento y que en 2026 enfrentará un escenario aún más desafiante, marcado por la pérdida de dinamismo del consumo privado y de la demanda externa. El diagnóstico forma parte del ‘Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025’, presentado el 16 de diciembre, en el que se proyecta una expansión promedio regional de 2,4% en 2025 y de 2,3% en 2026.

En el caso de Bolivia, el informe ubica al país entre las economías que contribuirán a la recuperación de América del Sur en 2025, con un 0,5%, luego de la contracción estimada de -1,1% registrada en 2024 y prevé el mismo ritmo de expansión (0,5%) para 2026. Sin embargo, según el organismo de las Naciones Unidas (ONU) Bolivia aparece entre los países que no logran acelerar su expansión, lo que implica estancamiento relativo y confirma que el país permanece dentro de la trampa regional de bajo crecimiento.

Sudamérica crecerá 2,9% en 2025, impulsada por la mejora de Argentina, Bolivia y Ecuador, aunque para 2026 se anticipa una desaceleración a 2,4%. En ese contexto, el organismo advierte que “la recuperación será insuficiente para romper la trampa de bajo crecimiento que enfrenta la región”.

El documento señala que, de confirmarse las proyecciones, América Latina y el Caribe acumularán cuatro años consecutivos de bajo crecimiento, con un promedio anual de apenas 2,3%, un ritmo que limita la generación de empleo, la reducción de la pobreza y la sostenibilidad fiscal. “La región continúa transitando una senda de bajo crecimiento”, subrayó la Cepal, al remarcar que las bases que sostuvieron la actividad económica en los últimos años comienzan a debilitarse.

Uno de los principales focos de preocupación es el consumo privado, que ha explicado más de la mitad del crecimiento regional reciente. Sin embargo, el informe anticipa que este motor perderá fuerza en 2025 y 2026, en un contexto de menor dinamismo del empleo, ingresos más ajustados y una demanda externa menos favorable. “El consumo ya no tendrá la misma capacidad de arrastre sobre el PIB”, advirtió el organismo.

A nivel subregional, el desempeño será dispar. Centroamérica crecería 2,6% en 2025, afectada por el debilitamiento de la demanda de Estados Unidos, aunque en 2026 podría mejorar a 3,0%, pese a persistentes vulnerabilidades vinculadas al comercio, las remesas, el acceso a financiamiento y la exposición al cambio climático. En el Caribe, la Cepal proyecta un crecimiento de 5,5% en 2025 y de 8,2% en 2026, sostenido principalmente por la expansión petrolera de Guyana, la normalización del turismo y un mejor desempeño de la construcción, aunque alerta que se trata de economías “altamente expuestas a desastres naturales”.

En materia laboral, el informe estima que el crecimiento del empleo también perderá impulso: 2,0% en 20241,5% en 2025 y 1,3% en 2026. En cuanto a los precios, la inflación regional alcanzaría una mediana de 3,0% en 2026, por encima del 2,4% previsto para el cierre de 2025, aunque todavía “en torno a los valores objetivo de los bancos centrales”.

Riesgos patentes para 2026

La Cepal identifica riesgos latentes para 2026, tanto externos como internos. Entre los primeros menciona la evolución del crecimiento mundial, en especial de los principales socios comerciales, la política monetaria de Estados Unidos, la incertidumbre financiera internacional y la posible volatilidad de los flujos de financiamiento externo, incluida la inversión extranjera directa y las remesas. En el frente interno, advierte sobre la fragilidad de los mercados laborales, el peso del servicio de la deuda y la alta exposición de muchas economías a eventos climáticos extremos.

Frente a este panorama, el organismo plantea la necesidad de políticas más ambiciosas. El secretario ejecutivo de la comisión, José Manuel Salazar-Xirinachs, afirmó que para salir de la trampa de bajo crecimiento se requieren “políticas de desarrollo productivo de mayor ambición”, combinadas con marcos macroeconómicos que movilicen más recursos para la innovación, la diversificación económica y la creación de empleos de calidad. “Solo así la región podrá fortalecer su resiliencia y avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible”, sostuvo.