El balompié nacional atravesó un inicio accidentado en 2025 y cerró el año con un duro golpe institucional, tras un fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo que reconfiguró el panorama competitivo.
Martin Suarez Vargas

El fútbol boliviano tuvo serias complicaciones para arrancar la temporada 2025. Hasta el 25 de enero aún no se conocía la fecha oficial de inicio de la competencia, aunque ya pesaban sanciones sobre distintos actores del campeonato, lo que generó incertidumbre y retrasos en la planificación.
Entre idas y venidas, la Federación Boliviana de Fútbol no lograba definir el arranque y en ello había dos casos pendientes que involucraban a Royal Pari. El primero se relacionaba con el abandono del campo de juego en el partido indirecto frente a Real Oruro en la capital de ese departamento, situación que ponía en discusión la pérdida de categoría del club cruceño. Además, el director técnico del cuadro inmobiliario, David de la Torre, fue sancionado con dos años sin poder dirigir en el fútbol nacional.
El segundo caso fue la denuncia presentada por Royal Pari por suplantación de identidad del futbolista Diego Montaño, perteneciente a Aurora. Ambos procesos debían ser resueltos por los tribunales de la Federación, mientras el calendario seguía en suspenso.
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Finalmente, el Congreso de la FBF determinó que el fútbol boliviano se dispute en dos competencias desde el 30 de marzo hasta diciembre. Esa decisión permitió el desarrollo del campeonato, que terminó con Always Ready como campeón del torneo todos contra todos y Nacional Potosí como ganador de la Copa Bolivia. En paralelo, los tribunales resolvieron el descenso de Royal Pari y sancionaron a Aurora con la resta de 33 puntos por la infracción vinculada a Montaño.
Sin embargo, Aurora apeló la sanción ante el TAS y, a finales de este año, el fallo le dio la razón al club celeste. De manera provisional, Wilstermann fue el equipo que descendió, mientras que ABB disputó el indirecto y logró salvar la categoría. Así, el fútbol boliviano cerró un 2025 tan conflictivo como su inicio, confirmando lo que muchos advertían desde el principio: una crónica de una muerte anunciada.