«Estaba seguro que hoy me iba a ir a bien. Por eso cuando me llegó la pelota, no dudé, le prendí de primera la mandé al fondo del arco». Quien así se manifestó fue el volante Diego Arismendi, del Club Nacional de Fútbol, después del contundente triunfo de su equipo ante River Plate, y después de haber abierto la cuenta del marcador en el Estadio Centenario, en la 4ª etapa del torneo Apertura del fútbol uruguayo. Lo particular del caso es que Diego Arismendi volvió al fútbol y al gol tras de haber permanecido diez días en prisión domiciliaria, imposibilitado de practicar el fútbol profesional, entrenando sólo, sufriendo la ausencia.
Arismendi, nacido futbolísticamente en el club tricolor de Montevideo, tuvo su primera gran revancha después del sinsabor que le causó la sanción de la Justicia ordinaria del país. «El equipo tuvo un primer tiempo de alto nivel, y en el segundo encontramos los espacios que nos permitieron asegurar el triunfo». Este domingo habló de fútbol, de lo que sabe, luego de varios días en que debió permanecer en su domicilio para cumplir con la sentencia.
¿Qué hizo mal? Arismendi y su compañero de equipo Ignacio González fueron sancionados después de haber viajado a España con su equipo para jugar el Teresa Herrera, un viaje que no podrían haber realizado producto de la sanción que aún les pesa tras los incidentes protagonizados ante Peñarol en el último clásico de verano. A días del debut en el Torneo Apertura 2014, la Justicia había comunicado a Nacional que dos de sus principales figuras habían sido procesadas con prisión domiciliaria por no solicitar la autorización de viaje. Ambos jugadores no estuvieron presentes en el debut ante Defensor (goleada a favor de Nacional por 5 a 1), y se perdieron 10 días de entrenamiento a la par que sus compañeros.
Desde la comisión directiva de Nacional se asumió la responsabilidad por no asesorar de la mejor forma a los futbolistas, quienes tenían prohibido salir del país debido a que participaron de la riña en el clásico de enero cuando fueron procesados sin prisión y con 60 días sin realizar actividades deportivas.
Pero el fútbol y la vida dan revancha, y esta la protagonizó Arismendi de la mejor manera. Un gol desde fuera del área mayor, cuando transcurrían más de 650 minutos sin que el equipo tricolor convirtiera un gol de esas características en el fútbol uruguayo, un trabajo impecable colaborando en la zona de volantes y 90
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Fuente: MARCA.com