Una comisión de senadores se ha dirigido a la sede de la Organización de Estados Americanos, para denunciar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el actual gobierno, dentro de los cuatro años de gestión que ha cumplido hasta el presente.
Una vez que la delegación ha hecho sus planteamientos, nos damos cuenta de que se trata de los mismos métodos que se utilizaba en el pasado, precisamente por quienes ahora detentan el poder, para desacreditar a los ocasionales gobernantes, ante los organismos internacionales.
Mientras las estadísticas nos muestran con claridad la realidad de los acontecimientos, quienes practican la política en ese sentido nos muestran que resulta más fácil llegar a la sensibilidad de los potenciales votantes con denuncias, en lugar de hacer conocer planteamientos que nos muestren la seriedad de quienes esperan estar a la cabeza del gobierno. Pero las cosas todavía van más allá, cuando las autoridades de gobierno se enteran o son consultadas por la situación planteada por los opositores, no vacilan en afirmar que ellos se encuentran de visita en el imperio, donde estarían gestionando el apoyo económico necesario para la realización de la campaña.
Sabemos a ciencia cierta que por parte de los acusadores, ocurre precisamente eso, toda vez que nuestros gobernantes se encuentran en Caracas de visita donde su mentor, regresan con los bolsillo llenos de cheques que pueden repartir en los diferentes municipios que visitan y no sólo ello sino que predican la generosidad con que el compañero Chávez trata a sus correligionarios ideológicos.
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Lamentablemente, una vez que se hacen las distribuciones, resulta que el dinero llega a diferentes lugares, caracterizados por su participación económica en la campaña y no hay necesidad de rendir cuentas a nadie, por lo menos eso es lo que nos dejan ver. Lo grave del caso es que unos piden a nombre de la campaña, mientras los otros lo hacen a nombre del Estado y en esas circunstancias, no sólo que no nos enteramos de la forma en que se han gastado los dineros, sino que el país resulta endeudado y lo único que podremos hacer más adelante es calcular la deuda de las futuras generaciones o la de los niños que nacen cada día y que, a decir de los analistas, ya viene con la responsabilidad de una cuota parte de la deuda sobre sus hombros. Lo lamentable del caso es que en el momento de depositar el voto, los ciudadanos se aproximarán a las urnas recordando al tipo simpático que llegó hasta la casa con un paquete de fideos o con un bonito llavero o cualquier otra ñañaca, pero nada sobre las cosas que podrán realizar cuando sean representantes en el parlamento.
Lo ideal sería toparse con un candidato que ofrezca modificar el método de trabajo, que diga que a partir de hoy las cosas serán diferentes, más trabajo y menos regalitos, y otras situaciones que resulten más importantes en el largo plazo. Para ello se tendría que comenzar por un trabajo de educación a la ciudadanía, para que sepa analizar las situaciones y escoger las opciones que realmente le garanticen un mejor futuro, en especial para sus hijos. De otra manera, no se podrá encontrar la diferencia entre aquellos que llegaron hace 500 años y convencieron a los antepasados con regalos de espejitos o los que lo hace ahora con los juguetes electrónicos que se encuentran de moda.