Cuando el deporte se vuelve tragedia


El suicidio de Enke reflota el drama de las presiones que sufren los deportistas de élite. La cara oculta de Enke sale a la luz tras su suicidio.

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Robert Enke ha sido el último exponente de un mal que parece haberse incrementado en los últimos años: el suicidio de deportistas de élite. La vida del deportista no es sencilla y a veces se puede llegar a estos tristes desenlaces.



Cuando el deporte no lo es todo

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La vida en el deporte de élite no resulta fácil. Se trata de personas normales que ven cómo la fama, el reconocimiento y el dinero no se ven compensados en ocasiones por la carga de responsabilidad de convertirse máquinas casi perfectas, olvidando su aspecto personal. Esta presión hace que, en ocasiones, nos encontremos con trágicos sucesos de muertes por suicidio.

Las depresiones, adicción a las drogas o los problemas familiares han llevado a multitud de deportistas a frustrar sus carreras con espirales de decadencia que, en la mejor de las ocasiones, terminan con la retirada prematura. Otros no pudieron detener ese mal momento y optaron por quitarse la vida..

En los últimos días nos hemos encontrado con tristes noticias. Primero fue la muerte del ciclista belga Dimitri de Fauw, quien no pudo superar el fallecimiento de Isaac Gálvez tras el accidente sufrido por ambos en una prueba en el velódromo de Gante, más tarde el ex ciclista Agustín Sagasti quien se quitaba la vida después de una retirada antes de tiempo por un accidente de tráfico mientras rodaba y ahora el ex barcelonista Robert Enke. En el caso del alemán, se encontraba en un momento dulce deportivamente, pero no pudo superar la muerte de su hija de dos años.

No son los únicos casos

El caso más recordado en nuestro país fue el de Jesús Rollán, capitán de una histórica selección nacional de waterpolo. El ex guardameta cayó en picado tras su retirada y se encontró con la separación de su mujer, los problemas para ver a su hija y el mundo de las drogas. Los ingredientes fueron demasiado dolorosos para tener un buen final. Otros casos dolorosos en España fueron los de Luis Ocaña y José Manuel Urtain.

Tampoco la glamourosa NBA se escapa a este desgraciado fenómeno. El caso más sonado en las últimas décadas fue el de Ricky Berry. El que fuese uno de los jugadores más recordados de los 80 se disparaba en la sien tras una fuerte discusión con su esposa y de escribir una contundente nota de suicidio en la que se despedía de sus seres más queridos.

Los problemas personales suelen tener buena parte de la culpa en estos momentos. El arquero argentino Mariano Gutiérrez confesaba a la presidenta de su club que «había tomado una decisión» antes de quitarse la vida. El país sudamericano también vivió otros casos de este tipo como el del colegiado Fabián Madorrán o el también guardameta Sergio Schulmeister, en 2003.

Tratamiento médico, la solución

En ocasiones, la consideración de superhombres por parte de la sociedad impide que estos deportistas quieran reconocer sus problemas ante los profesionales y buscan otras salidas. Un ejemplo de cómo salir de los problemas lo encontramos en el jugador alemán Sebastian Deisler. Jugador del Bayern de Munich e internacional con la selección de su país, las lesiones acabaron con su carrera a la temprana edad de 27 años. Estar lejos de los terrenos de juego llevó a Deisler a la depresión, pero logró salir adelante gracias a un correcto tratamiento.Su vida profesional tocó a su fin, pero el Deisler humano sigue adelante.

La opinión del experto

Una de las personas que más ha trabajado en este tema es Dolores González, del Departamento de Psicología de la Universidad Lusíada de Porto, que respecto al tema reconoce que «debemos tener presente que en el momento de la retirada deportiva es normal experimentar sentimientos de pérdida o de incertidumbre. No hay una solución inmediata a este proceso. El deportista debe adaptarse a una nueva situación para la que, en la mayoría de los casos, no estaba preparado».

Algunos de los consejos se centran en la gente del entorno del deportista: «Si el apoyo de los más allegados es crucial a lo largo de toda la carrera deportiva, tanto en los éxitos como en los fracasos, este se hace más evidente al finalizar la etapa deportiva. Al olvido de los medios de comunicación y de los aficionados nunca debería añadirse el reproche de los más cercanos».

Por último, considera importante el seguimiento de los deportistas: «Deberíamos establecer programas de asesoramiento e intervención que faciliten el período de ajuste a las diferentes situaciones de los deportistas».

Entra y opina, ¿qué crees que puede llevar a un deportista a quitarse la vida? ¿Crees que la se ven sometidos a una excesiva presión? J. O. / Eurosport

La cara oculta de Enke sale a la luz tras su suicidio

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Un policía monta guardia en el lugar donde el portero de fútbol alemán Robert Enke se quitó la vida ayer arrojándose a la vía del tren, en Eilvese (Alemania). EFE

Berlín, 11 nov (EFE).- La cara oculta del meta Robert Enke, marcada por reiteradas depresiones clínicas, ha salido a la luz después de su suicidio que hace que ahora buena parte de su carrera y de su biografía sea vista desde otra óptica.

«Desde anoche nos acompaña la pregunta por el ¿por qué?», dijo el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Theo Zwanziger.

Al parecer, ni en la selección alemana de fútbol ni en su club, el Hannover 96, hubo nadie que intuyera la difícil lucha que libraba Enke al menos desde 2003 con la depresión.

Por eso, su muerte, ocurrida anoche, tomó por sorpresa a casi todo el mundo. Se sabía que Enke, en 2006, había sufrido un duro golpe tras la muerte de su hija Lara, a los dos años de edad, por un problema cardiaco congénito.

Sin embargo, casi todos pensaban que Enke había superado ese revés y él mismo había dicho que la adopción de otra hija, Leila -que tiene actualmente ocho meses- le había devuelto la alegría de vivir.

Hoy su médico, Valentin Makser, y su viuda, Teresa Enke, revelaron la larga lucha contra la depresión que libró Enke y que terminó perdiendo anoche al lanzarse contra un tren de cercanías en un barrio de Hannover.

Enke había estado por primera vez en tratamiento en 2003, después de su paso por el Barcelona y el Fenerbahce Estambul, que había generado en él un miedo patológico al fracaso.

Ante todo su experiencia en el Fenernbace, equipo que abandonó tras el primer partido en el que los aficionados le lanzaron diversos objetos y lo abuchearon, fue determinante para él.

Makser, sin embargo, indicó que después de ese primer tratamiento había habido una recuperación, apoyada en parte por el éxito que tenía en el Hannover 96.

«Luego, hace seis meses, Robert volvió a mi consultorio. Estaba sufriendo otra vez fases depresivas que incluso llegaron a apartarlo de algunos entrenamientos», dijo el médico.

Sin embargo, en las últimas semanas parecía haber habido un proceso de recuperación, Enke había vuelto a entrenar y a jugar y había estado otra vez en la portería del Hannover 96 en las últimas dos jornadas de la Bundesliga.

El portero rechazó la posibilidad de internarse para someterse a un tratamiento más intenso y siempre se preocupó de que su caso no se conociese públicamente por miedo a perjudicar su futuro deportivo y también por temor a que la Oficina de Familia le quitaran la custodia de su hija adoptiva Leila, de ocho meses de edad.

En una carta de despedida, según Makser, el jugador pidió disculpas a su familia y a quienes habían tratado su enfermedad por haberles ocultado en los últimos días su verdadero estado para poder adelantar sus planes de suicidio.

«Incluso el día del suicidio me llamó y me aseguró que estaba mejor», dijo Makser.

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Teresa Enke, esposa del portero de la selección alemana de fútbol Robert Enke, gesticula durante una rueda de prensa mantenida en Hanover (Alemania). EFE

Teresa Enke, por su parte, dijo que había procurado estar al lado de su marido en sus fases depresivas y mostrarle que había perspectivas y que todos los problemas podían tener solución.

«Las fases depresivas eran difíciles, pero ya habíamos pasado por fases muy difíciles en Barcelona y Estambul y habíamos logrado salir de ellas con ayuda del doctor Makser», dijo la viuda.

Teresa Enke señaló además que la muerte de Lara los había unido mucho y que por eso ella había creído que otra vez podría ayudar a su marido a salir adelante.

«Nos teníamos a nosotros, él tenía el fútbol y teníamos a Leila», dijo la viuda. «Traté de estar a su lado, al final iba con él a los entrenamientos. Creía que con amor podíamos superarlo todo», agregó.

Teresa Enke indicó además que el meta siempre se había esforzado porque sus problemas clínicos no fueran conocidos por la opinión pública. «Tenía pánico de perder el fútbol y de perder a Leila», explicó.

Bundesliga – Enke dijo adiós con una carta

Robert Enke se quitó la vida de manera fulminante al arrojarse a un tren. Sin embargo, antes de hacerlo se despidió de sus más allegados en una carta, según ha informado la policía alemana.

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Desde hace ya muchos años, el papel es considerado como la manera más directa y sentimental de decir todo aquello que las personas no se atreven a decir cuando se encuentran cara a cara. Esto mismo debió pensar Robert Enke, quien, pese a no contar a nadie que iba a acabar con su vida, si que se despidió de sus más llegados mediante una carta.

Así lo confirmó la policía alemana, aunque estos no quisieron hacer público el contenido de la misma por respeto a la familia del malogrado portero. El suicidio de Enke ha causado una gran conmoción en Alemania, tanto que la selección germana quiere cancelar el amistoso que tiene que disputar el próximo sábado contra Chile.

La muerte del meta ha sorprendido mucho debido a que el portero había logrado renacer de sus cenizas. Tras unos inicios complicados, Enke logró fichar por el Barcelona en el verano de 2002. Sin embargo, un mal partido de Copa contra el Novelda (3-2) propició que Louis Van Gaal se olvidara de él y únicamente jugó cuatro partidos como blaugrana.

Resurrección de Enke

Entonces hizo las maletas rumbo a Turquía, al Fenerbahçe, pero allí su carrera continuó languideciendo hasta que fichó por el Tenerife. En Canarias el meta recuperó la sonrisa y llegó a afirmar que allí había encontrado verdaderos amigos, no como en su época en el Barça.

Sin embargo, desde ese momento el meta sufrió depresiones contínuas y se puso por primera vez en tratamiento en el año 2003. Así lo ha revelado el médico que lo trató, Valentin Makser, que indicó que después de ese primer tratamiento había habido una recuperación, apoyada en parte por el éxito que tenía en el Hannover 96. Fue precisamente ahí donde recuperó de manera definitiva el prestigio perdido. Tanto que llegó a ser convocado por la selección alemana y se rumoreó con su fichaje por el Bayern de Munich.

Pero la vida volvió a golpearle hace tres años, cuando su hija Lara, de dos años de edad, murió como consecuencia de una dolencia cardiaca congénita. Algo que le acabó por no dejar más fuerzas que para escribir una carta y poner punto y final a una vida en busca de otra: la de Lara.

Álvaro Heralta / Eurosport