La quimera presidencial de “Bolivia, corazón energético”, tras el sueño de la energía nuclear


Un proyecto faraónico.

Primero fueron las declaraciones sobre los deseos de desarrollar energía nuclear, luego sobrevinieron los acercamientos con países que trabajan en la materia. En los dos últimos meses se anunció la creación de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear y la creación de un complejo nuclear en La Paz.

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«Estamos pues en un proceso que recién empieza, pero que tiene una maduración de al menos un año, desde que el Presidente anunciara su sueño y dijera: ‘… y no estamos tan lejos’”.

Se trata de un sueño… Así lo expresó en octubre de 2013 el presidente Evo Morales, cuando en un congreso de energía en Tarija, aseguró: «ya soñamos contar con energía nuclear, atómica”. Quizá eso no fue lo que marcó aquella jornada, sino las palabras que vinieron después: «… y no estamos tan lejos”.

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Y no estamos tan lejos… aunque lo preciso es decir que Bolivia está a las puertas de empezar a incursionar en ello (se habla de llegar a la meta en 2020 y 2025). Y es que desde la expresión de Morales, sobrevinieron distintas declaraciones de las autoridades sobre la materia, que hablaron sobre su desarrollo, y el acercamiento con países que están inmersos en el área (Francia, Argentina e Irán).

La declaración más reciente,  en esa línea, tuvo lugar  la semana que acaba. El miércoles, el Gobierno anunció que impulsará la creación de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear, con el fin de desarrollar el proyecto atómico; y como un paso para  crear la institucionalidad en el ámbito. 

A ello hay que añadir que a fines de octubre de este año, el Ejecutivo anunció que se incluirá en el presupuesto de 2015 los recursos para desarrollar proyectos que apunten a obtener energía atómica. 

Estamos pues en un proceso que recién empieza, pero que tiene una maduración de al menos un año, desde que el presidente  pronunciara la frase: «… y no estamos tan lejos”.

Quienes subrayan los criterios a favor del desarrollo de la energía nuclear en Bolivia destacan que es un factor que contribuiría -además de la generación de electricidad- al aumento de la productividad de los alimentos, a esterilizar insectos, mejorar la productividad de los cultivos y acelerar las cosechas; en la medicina, se destaca que impulsaría la investigación médica  y  contribuiría a abaratar los costos de estudios en medicina nuclear (el más caro excede los 2.000 bolivianos).

Pedro Herbas, director del Instituto Nacional de Medicina Nuclear, sostuvo que producir energía nuclear sería  algo «muy bueno”, dado que la iniciativa apuntalaría a la investigación en torno a la medicina nuclear.

«Sería un enorme apoyo que exista aquí en Bolivia. Haría que la cobertura sea más grande, y abarataría los costos de insumos, que los compramos de fuera; esto beneficiaría a los pacientes”, afirma. 

Quienes están en contra, fustigan la iniciativa por criterios como los medioambientales.  «Nadie ha encontrado una solución para los desechos radiactivos, que constituyen una herencia pesada, cara y peligrosa durante cientos o miles de años”, dice un punto de la carta que un grupo de activistas internacionales le enviaron al presidente Morales, en marzo pasado. 

Desde el oficialismo, se sostiene que no se puede estigmatizar a este tipo de energía a partir de los desastres medioambientales que ocurrieron en Fukushima y Chernobyl.

«Hay muchas maneras de trabajar la energía nuclear. No me parece que la mejor idea para impugnarlo sea agarrar situaciones desastrozas”, afirma Manuel Canelas, diputado electo del Movimiento Al Socialismo.

  Sin embargo, este dirigente afirma que debe exigirse que la iniciativa  se desarrolle «respetando protocolos serios”, contactando a la Organización Internacional de Energía Atómica; además -asegura-  debe ser un proyecto vinculado a la academia.

En todo caso, el desarrollo de energía nuclear se engarza en el  proyecto del Gobierno para convertir  al país como el corazón  energético de la región, a partir del desarrollo de energías de distinto tipo, como la  eólica, y la generada a través de  termoeléctricas e hidroeléctricas. 

  «Esa seguramente es la siguiente meta  (convertir a Bolivia en el corazón energético) que el Presidente tiene en la cabeza: aprovechar nuestra condición geopolítica y de ubicación estratégica en la región y la capacidad de producir y de exportar energías, que vendrían a través de energía eólica, hidroeléctricas, termoeléctricas. A eso sí que le está apostando muy seriamente. No digo que a lo otro no (energía nuclear), pero creo que ocupa un espacio muy central en los planes de desarrollo, de obtención de recursos y de mejora de nuestras condiciones materiales, lo del corazón energético”, afirma Canelas.

El programa del MAS 2015-2020 establece que el uso de la energía nuclear para fines pacíficos «es una necesidad para el país”. El documento también menciona una meta y un  plazo para el  2020:   conformar una instancia especializada para la investigación y aplicación de energía nuclear.

2014, el arranque

Ni bien comenzó este año, el 1 de enero, Morales repitió la frase «no estamos lejos”, antes de asegurar que de «acá a poco tiempo” se contaría con energía atómica «con fines pacíficos”, dado que -afirmó- «tenemos suficiente materia prima y tenemos derecho”.

Pero no  fue hasta el 22 de enero que el Presidente anunció el objetivo concreto: «Este año vamos a empezar con un programa boliviano de energía atómica con fines pacíficos”. Además el proyecto está incluido en la agenda 2025, que el Gobierno impulsa para el centenario de la independencia del país.

En el desarrollo de la energía nuclear hay dos puntos  claves: el trabajo que se viene realizando con Argentina en esa materia, y el descubrimiento de un yacimiento de uranio (27 de septiembre de 2014).

Fue en mayo pasado cuando el Gobierno reveló  que se trabaja en la generación de energía nuclear con Argentina  (aunque se reconoce que hay visitas y consultas a países como Francia e Irán).

«Estamos trabajando por ahora en energía nuclear atómica con fines pacíficos, con fines medicinales (…). Saludamos al pueblo argentino que ya hemos empezado a trabajar en energía nuclear atómica”, sostuvo el 16 de mayo.

  En esa oportunidad, Morales se refirió  a cierta reserva en el tratamiento del tema. Confesó los resquemores que sentía para informar a la población de la iniciativa: «Algunos técnicos, como siempre, dicen: ‘Es muy peligroso, no hay que informar a la población, hay que trabajar calladamente, a veces puede reaccionar el pueblo’”.

Pero no fue hasta el 2 de octubre cuando el Presidente hizo un anunció concreto: el Gobierno decidió montar en La Paz un complejo de energía nuclear, con una inversión de 2.000 millones de dólares. El mismo estará listo para 2025.

«Hemos analizado técnicamente la viabilidad del llamado programa de energía nuclear en Bolivia (…). Esta energía nuclear con fines pacíficos estará en el departamento de La Paz, se estima al 2025, con una inversión de más de 2.000 millones de dólares, que serán garantizados”, anticipó el presidente Evo Morales.

Un paso más se dio cuando el miércoles pasado, el Ministerio de Hidrocarburos y la Universidad Mayor de San Andrés  firmaron un convenio  para el desarrollo del proyecto nuclear boliviano llamado «Relativo a la participación en el Proyecto del Reactor – Laboratorio por Internet en América Latina”. Entonces se hizo el anuncio de la creación de la estatal Agencia Boliviana de Energía Nuclear.

El 12 de octubre, al culminar la jornada electoral, cuando celebraba su victoria, Morales aseguró: «Quiero decirle al pueblo boliviano: siempre pensar en grande y no en pequeño”, en referencia a sus grandes propuestas de campaña, entre ellas la energía nuclear.

Enviaron una carta al Presidente en marzo pasado

Activistas plantean ocho puntos para abrir  debate

En mayo pasado, activistas de distintos países del mundo enviaron una carta pública al presidente Evo Morales, en la que destacan las acciones del Gobierno a favor de la protección del medio ambiente. En ella, le expresan  al Mandatario que quedaron sorprendidos tras el anuncio de su Gobierno de  encaminar un proceso para construir una central nuclear. En esa misiva, los activistas  también expresan ocho consideraciones para abrir el debate en toda la sociedad boliviana, respecto del tema. A continuación se presentan los puntos.

1 ¡La energía nuclear es una elección sin vuelta, y sin salida! Ata para siempre las manos a un país que la emprenda: nadie sabe con precisión los costos para desmantelar una central nuclear, quizás comparables a los de su construcción; nadie ha encontrado una solución para los desechos radiactivos, que constituyen una herencia pesada, cara y peligrosa durante cientos o miles de años.

2La idea de adquirir con la energía nuclear una autonomía y una independencia energéticas es ilusoria y falsa: no sólo el uranio es un recurso agotable (las previsiones más atendibles prevén su agotamiento dentro de un siglo) sino también los suministros de combustible nuclear para alimentar una central son monopolio de pocos países muy potentes.

3Los costos necesarios para encaminar un programa nuclear son muy superiores a los de cualquier otro aparato energético, el costo presupuestado de un reactor nuclear de potencia, ronda hoy entre los 8 y 10.000 millones de dólares; los tiempos de construcción son imprevisibles. Hay, por fin, enormes costos para realizar las infraestructuras industriales, técnicas, sanitarias, etcétera,  y formar personal apto, que queda extremadamente especializado solamente para este sector.

4La seguridad de una central nuclear es un mito, alimentado por sus partidarios y empresarios, pero desmentido clamorosamente por los hechos: la historia de medio siglo de esta tecnología enseña que hay que esperar un accidente de gravedad excepcional cada pocos años. Las consecuencias de un accidente nuclear grave son mucho peores que las de cualquier otro accidente. ¡Los peligros, los daños y los costes de los accidentes de Fukushima durarán décadas!

5Lo nuclear está peligrosamente sometido al riesgo de atentados terroristas, y comporta una militarización del territorio.

6La producción de energía nuclear está en fuerte bajada en todo el mundo, y es previsible que también lo será la construcción de nuevas centrales y el número total de centrales activas.

7Lo nuclear, en el planeta la Tierra, es la forma de energía más «contra-natura”: la naturaleza la utiliza en las estrellas pero en caso a través de la fusión y no de la fisión, mientras sobre la Tierra tiene una existencia de lo más episódica y completamente marginal.

8Hay una unión estrecha y no eliminable entre nuclear civil y militar. Las condiciones materiales y las técnicas de base son las mismas; el plutonio es el «explosivo” nuclear ideal, y es producido en cadena durante la reacción en un reactor.

Punto de vista

Manuel Canelas. Diputado electo del MAS

«No comparto la estigmatización a priori  de la energía nuclear”

No comparto la estigmatización a priori  de la energía nuclear, más o menos basada en un fuerte desconocimiento y en agarrar situaciones que han sido muy marginales aunque han sido muy desgraciadas, como Fukushima y Chernobyl, como para ejemplificar que fue un desastre la idea de la energía nuclear.

La mayoría de los estados de la OCDE tienen obviamente  emprendimientos de diferente magnitud, como la energía nuclear, que por supuesto no solo se usa para provocar accidentes nucleares o bombas atómicas.

Ahora, los detalles de nuestra propuesta, todavía se están perfilando, sobre todo desde el Viceministerio de Energía que depende de Hidrocarburos, en alguna idea de investigación con energía nuclear para, por supuesto, fines pacíficos, con las autorizaciones de todos los organismos internacionales competentes y muy vinculado a la universidad.

Entonces, hay muchas maneras de trabajar la energía nuclear. No me parece que la mejor idea para impugnarlo sea agarrar situaciones desastrozas, pero que incluso son proyectos distintos, ¿o no era distinto Chernobyl a Fukushima? Y es distinto el debate que hay en Alemania sobre la energía nuclear, la importancia que le pueda dar Argentina o España.

Me parece que es una energía que se puede desarrollar con fines pacíficos, que lo que se debe exigir es que sea respetando protocolos serios, hablando con la Organización Internacional de Energía Atómica… vinculado a la universidad y para fines pacíficos.

«La producción de energía nuclear está en fuerte bajada en todo el mundo”.

Fuente: PÁGINA SIETE, La Paz