El camino socialista


penoco El tractor que terminó en manos del compadre del aspirante a mayoral, Isaac Ávalos, es el símbolo de lo que les ocurre a los gobiernos que reparten, regalan y entregan irracionalmente, sin pensar que un día esa bonanza que sostiene a los populistas puede acabarse. Lo peor de todo es que ese tractor está botado, no funciona y no produce, lo que esconde la desidia y la corrupción que fomenta un Estado que se inclina por la prebenda en lugar de promover el trabajo que conduce a la prosperidad. Los bonos, los subsidios, las pulperías y los bolivianos acostumbrados a extender la mano desde niños, sólo producirán generaciones parasitarias. Sólo hay que ver lo que le ocurre a los cubanos. Hace poco, Raúl Castro les pidió que dejen de gritar “Patria o muerte” y que se dediquen a producir. No hubo respuesta, la gente prefiere la miseria, porque así los acostumbró el socialismo decadente de Fidel. Ahora ya no tienen salida. Se acabó lo que se daba. El Gobierno está suspendido casi todo. No más comedores, gratuidades o libretas de racionamiento. Lo único gratis en la isla será la educación y la salud.

Bajo el penoco – El Día