La Paz. Centenar y medio de partidos y agrupaciones políticas bolivianas anunciaron unas elecciones de fines de marzo menos predecibles que las generales de octubre anterior, ganadas holgadamente por el presidente progresista Evo Morales, tras postular a casi 15.500 candidatos a ocupar 4.975 puestos públicos del poder subnacional, entre los que destacan nítidamente profesores de universidad.
En lo que se presenta como las elecciones más atomizadas y menos previsibles de la historia política de Bolivia y al cabo del plazo establecido por el Tribunal Supremo Electoral, los partidos y agrupaciones de diverso calado y tradición, esgrimieron sus mejores cartas para hacerse, en los comicios pautados para el 29 de marzo que viene, de 9 gobernaciones departamentales y 339 alcaldías y una infinidad de escaños en los legislativos locales.
En la Bolivia autonómica por imperio de su código político desde 2009, los poco más de 6,2 millones de electores convocados de antemano para asistir a las urnas el último domingo de marzo votarán, además de gobernadores y alcaldes, por 2.025 concejales de 339 municipios.
También por 272 asambleístas de 9 gobernaciones departamentales, un vicegobernador en el departamento norteño de Pando, un subgobernador en el nordestino Beni, donde también se votará por corregidores, lo mismo que por ejecutivos seccionales en el departamento sureño de Tarija.
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En la perspectiva de copar el poder subnacional, luego que el gobiernista Movimiento Al Socialismo (MAS), de Morales, reafirmara, en los comicios del 12 de octubre anterior, su control sobre dos tercios de la bicameral Asamblea Legislativa Plurinacional, la clase política boliviana puso ya, a 3 meses de las elecciones, toda la carne al asador.
La oposición a Morales, que salió maltrecha de las presidenciales, apostó fuerte en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, eje y motor de la economía y política bolivianas y también en las ciudades capitales de estos departamentos.
Solidaridad y Libertad (Sol.bo), novísima agrupación del alcalde de La Paz, Luis Revilla, debe lidiar con el ex concejal y comunicador popular Guillermo Mendoza, que el MAS ha puesto para para evitar la reelección de aquél, según las percepciones preliminares y cálculos grosso modo favorito para gobernar el estratégico municipio hasta 2020.
Cuando todo parecía que la apetecida Alcaldía de La Paz, sede del gobierno boliviano, era sólo cuestión de ambos, la Unidad Nacional (UN), principal formación de oposición a Morales en el Legislativo nacional que comenzará a funcionar desde el 22 de enero, día de investidura, colocó a Carlos Cordero, un politólogo, profesor universitario y dramaturgo, como mal y buen tercio a la vez.
Sol.bo también ha opuesto resistencia al MAS para evitar que el alcalde Edgar Patana renueve su poder en la Alcaldía de la emergente ciudad de El Alto, circunsvecina de La Paz, donde UN emplazó a un alfil, Soledad Chapetón, entre otros 6 aspirantes más con posibilidades de sentarse en la silla del burgomaestre.
Los bandos, que postulan, para acaparar votos, a personalidades del mundo intelectual y cultural de candidatos a concejales, han esgrimido ases para ganar la Gobernación de La Paz. El MAS a la sociólogo Felipa Huanca, líder de las mujeres campesinas aymaras y Sol.bo al intelectual indígena Félix Patzy, ahora disidente de Morales y en 2006 ministro de Educación.
Con el mismo brío, el MAS trata de hacerse de la Gobernación y Alcaldía de Santa Cruz, administradas sin solución de continuidad por la oposición a Morales que, empero, viene de ganar las elecciones nacionales recientes en esta plaza, sede del más vigoroso empresariado criollo, donde la derecha boliviana jaqueó con violencia y virulencia al gobernante entre 2006 y 2010.
El MAS opone con un proletario al gobernador derechista Rubén Costa, imbatible hasta ahora en la Gobernación de Santa Cruz, departamento más poblado y pulmón de la economía boliviana.
Pese a que con el alcalde hace décadas, Percy Fernández, el MAS se ha entendido sin necesidad de aliarse, la Alcaldía de Santa Cruz parece haber convertido en la misión crucial del partido de Morales, que ha elegido para restársela al casi octogenario dirigente, popular pese a su inveterada costumbre de tocar sin recatonalgatorio que no es suyo propio, a Remy Ferreira, reverenciado por su intelecto y ex rector de la universidad pública de Santa Cruz.
En Cochabamba, 4 opositores, entre ellos un disidente de Morales, el ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, intentarán batir al candidato del MAS, el periodista y ex ministro de Comunicación, Iván Canelas, favorito para ceñirse la cinta de gobernador. Mas en la ciudad, la disidente de Morales y ex presidente de Diputados, Rebeca Delgado, promete dar pelea al recientemente postulado candidato a alcalde de la ciudad de nombre homónimo, el rector de la Universidad fiscal, Lucio González.
En Chuquisaca, el gobernador en trance de reelección Esteban Urquizu, que goza de la confianza de Morales, debe vérselas con un dirigente campesino Damián Condori que, al no ser el elegido, ha cambiado de bando y tras pedir ayuda económica a la derecha, se ha puesto en liza para convertirse gobernador.
En la capital departamental de la quechua Chuquisaca, Sucre, un fiero opositor de Morales, Jaime Barrón, también vinculado a la academia buscará ganar la silla municipal que el MAS no pudo acceder desde 2006.
En la vecina sureña ciudad de Tarija, la oposición de centro ha enderezado la candidatura de Rodrigo Paz, hijo del ex presidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora (1989-93). El MAS y otras 5 tiendas políticas han inscrito a sus candidatos para una plaza adversa al oficialismo boliviano en lo que concierne al poder local.
El partido de Morales apunta a ganar la Gobernación de Tarija, que contiene los acopios de gas natural, principal sustento de la economía boliviana, con el planteo de un ex rector de universidad, Carlos Cabrera, que en 2006 no pudo contra el opositor derechista Mario Cossio que, acusado de corrupción, se escapó del país.
En el amazónico Pando, que Morales pretende, en el siguiente lustro, extraer de la depresión secular en que se encuentra, el gobernador oficialista Luis Adolfo Flores se ha lanzado a la reelección con alto grado de certeza de reproducir el poder un lustro más su cargo, con la sola oposición de un ex presidente del Senado entre 2006 y 2009, el liberal José Villavicencio.
En la capital departamental, Cobija, el panorama está, prácticamente calcado, con la variante de que el astro del fútbol boliviano, Luis Gatti Ribeiro, tratará de quitar la alcaldía a la oficialista Ana Reis.
Hasta media semana viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez, intentará, a nombre del MAS, alcanzar la Gobernación de Oruro, junto a otros 5 aspirantes.
En tanto en el municipio capital de este departamento andino, la actual autoridad, Rossío Pimentel, se ha lanzado a la reelección, al tiempo que en el vecino Potosí, la oposición, en cabeza de la UN, tratará de abonar su camino al triunfo.
Por Coco Cuba, ABI