La ruptura de las mínimas garantías democráticas y hasta el mismo terrorismo de Estado están fagocitando a las seudo-repúblicas populistas.En la curiosa geografía socialista del siglo XXI hemos visto surgir en el mapa continental a Venecuba y Argenzuela, como las llaman hoy irónicamente muchos de sus ciudadanos, preocupados por la deriva autoritaria de los gobiernos de Caracas y Buenos Aires.En el primer caso, los venezolanos comenzaron a advertir años atrás el lamentable parecido que iba adquiriendo el régimen del PSUV con la dictadura cubana, mientras que en el segundo caso, más reciente, son los argentinos los que encienden la alarma sobre el mimetismo K con las peores prácticas chavistas.Tanto la ejecución del fiscal argentino Alberto Nisman como el apresamiento ilegal del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, por la Gestapo de Maduro (el SEBIN), son indicadores de la brutalidad descontrolada a la que pueden llegar estos regímenes cuando se sienten acorralados o desenmascarados.Sin duda, en su fase terminal aún harán mucho daño. Pero no perdurarán…[email protected]