Así acaba el socialismo del siglo XXI: exactamente igual que el del siglo XX, en la escasez más atroz generada por un modelo que penaliza el emprendimiento y la libre iniciativa de los ciudadanos.El buque insignia del neo-socialismo latinoamericano, la Venezuela castro-chavo-madurista, se hunde como el Titanic mientras la orquesta del salón sigue repitiendo zonceras sobre “la muerte del capitalismo”.Mientras tanto, los pobres súbditos del Mega-Estado Chavista no tienen ni papel higiénico (PH) con qué limpiarse, producto esencial que el régimen ahora procurará mediante el trueque de petróleo con Trinidad y Tobago. Al menos por algún tiempo.Quienes buscan una salida democrática y pacífica a esta situación, pidiendo la renuncia de Maduro al cargo y elecciones adelantadas, son tildados de “golpistas” no solo por los representantes de la dictadura de Caracas sino también por sus cómplices y tontos útiles latinoamericanos, entre quienes se cuentan el presidente de Bolivia, el cocalero Evo Morales, y su colega de Uruguay, el ex terrorista “Pepe” Mujica.Esperemos que el caudillo de Orinoca no termine encargándole la producción de PH a una de sus tantas empresas estatales “Evobol” y acabemos de lleno en el socialismo (sin papel higiénico) del siglo XXI…[email protected]