borracho estaba…

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Su principal ocupación: acusar, amenazar.



El festejo, arrepentimiento y recaída del ministro Quintana.

La llegada a La Paz de la marcha de las “organizaciones sociales” entusiasmó bastante al ministro de la Presidencia , Juan Ramón Quintana, quien se unió al festejo hasta altas horas de la madrugada, al punto que en la conferencia de prensa que brindó la mañana del martes pasado daba evidentes muestras de haber rendido fervoroso homenaje a ese noble producto que viene de la lejana Escocia.

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En principio daba para pensar que la influencia del elixir había sido ciertamente positiva pues realizó un acto de contrición y arrepentimiento inusual en él y pidió perdón por las explosivas declaraciones que realizó contra el prefecto Leopoldo Fernández cuando le ofreció mandarlo a visitar los más recónditos lugares del averno a los que ni el mismo Dante se hubiera atrevido a llegar.

Entre eses arrastradas y con un tono compungido, Quintana quiso explicar que todo fue una “metáfora” lanzada al calor de una campaña política y reprochó que sus afirmaciones se las haya tomado tan mal cuando él es un muy buen tipo que no hace daño a nadie. Bien por Juan Ramón.

Sin embargo, la benéfica influencia de Johnny Walker dejo de percibirse casi de inmediato, tuvo una recaída y volvió a mostrarse tal como es. Remarcó que el Estado de Sitio en Pando no sería levantado por nada del mundo y que Leopoldo Fernández continuaría en el limbo, sin saberse si será juzgado, es un detenido político o un confinado.

Lamentablemente las buenas influencias son efímeras pero haría bien el ministro Quintana en seguirlas más a menudo pues es seguro que mucha gente dormiría más tranquila sabiendo que él está muy ocupado y por tanto no tiene que temer que en cualquier momento metan a patadas las puertas de su casa y los trasladen "en paños menores" a La Paz, donde una legión de fiscales y jueces con largas colas de paja, se disputan la invención de delitos para sepultar en la cárcel a los "enemigos" del  gobierno.

* foto archivo, ABI