La rotunda derrota electoral sufrida por el Movimiento Al Socialismo en las urnas provocó, inicialmente, que el presidente Evo Morales rehuyera las cámaras y dejara que fuese el vice Qananchiri quien explicara y se complicara ante los medios ayer domingo.García Linera ensayó la falacia de que fue en las elecciones nacionales donde se decidió el modelo de país y que en los comicios subnacionales “solo se elegían personalidades locales”, obviando que los gobiernos departamentales y municipales también definen políticas públicas y que la voluntad ciudadana marcó con claridad el rumbo hacia una democracia pluralista y no hegemónica.Pero volvamos a Evo. Recién hoy lunes pareció encontrar un guión para su salvataje personal, descargando la responsabilidad de la derrota en las organizaciones sindicales de su partido, a quienes culpó por la selección de candidatos. “Yo no fui, fueron los movimientos sociales”, sería un buen resumen de lo alegado en la jornada por el mandatario cocalero.“Ha observado que su partido está de bajada y él no quiere acompañarlo en la caída. Se ha puesto el chaleco salvavidas. Los masistas están en la tercera clase de este Titanic”, dice en su columna el analista Humberto Vacaflor…[email protected]