A muchos nos sucede que, estando en pareja, engordamos unos kilitos. Algunos lo achacan a la felicidad que supone el estar en pareja, otros a la ruptura de ciertas rutinas de ejercicio o alimentación que solíamos seguir antes. No obstante, llega ese momento en el que, ya sea porque le conocimos así aunque nunca nos importase, que las relaciones sexuales se hayan visto afectadas por ello. O que, simplemente, queramos ver a nuestra pareja más saludable y delgada, que nos llega a importar el hecho de que nuestro chico tenga unos kilos de más.
De modo que si quieres cambiar esta situación pero sin dañar su autoestima presta atención a estas soluciones a aplicar cuando quieres que tu pareja baje de peso pero no sabes como decírselo.
Las curvas de la ¿felicidad?
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Antes de conocerse, tu chico era un tipo apuesto y atlético. Iba al gimnasio, mantenía una dieta sana y nos encantaba. Sin embargo, desde que comenzaron la relación y, especialmente, durante esos primeros meses de convivencia, él sustituye los domingos de running por barbacoas o una tarde de sábado cocinando comida sana para hincharse a hamburguesas + palomitas ante una típica peli.
No va tanto al gimnasio, pues asegura estar mejor en casa y su constantes salidas le hacen picar más de la cuenta. Pasa el tiempo y, sin atreverte a reconocerlo, descubres que te gustaría que tu chico volviese a tener la apariencia de antaño. Sin embargo, ¿cómo decírselo?
Formas de hacer que tu pareja baje de peso
Búscalo tú y contágialo
Existen muchas maneras de hacerlo. Puede que tú también hayas engordado un poco, pues estos cambios suelen acompañar a ambos integrantes de la pareja, sujetos a la misma rutina. El cambio puede comenzar en ti y, automáticamente, intentar contagiarlo de forma sutil a tu pareja. Ponte en la piel del otro y comienza tomando tú la iniciativa, comienza a cocinar sano en casa y sal a correr alguna tarde del fin de semana. Seguramente, esta iniciativa inspire a tu chico a seguirla y ambos puedan compartirla. Si no, también puedes insinuarle que te acompañe, achacar estos cambios a «un estado saludable» en vez de «tenemos que adelgazar porque en la cama ya no es lo mismo y nos veo demasiado gordos».
Cambia la rutina y prémiense por ello con algún que otro capricho. Como sabes, existen infinidad de actividades para realizar juntos: desde convertir el romántico paseo por la playa en una jornada de running, instalar una bicicleta de spinning en el jardín, practicar senderismo por el campo los domingos por la mañana e, incluso, practicar yoga, una delas disciplinas más recomendables para practicar en pareja pues, además de la complicidad, también aumenta la flexibilidad (sí, creo que estamos pensando en lo mismo), el patrón mental diario y nos incita a llevar rutinas más saludables.
Que el cambio provenga de él
Otra ocasión en la que puede plantearse el cambiar de hábitos puede venir directamente de tu chico. Un análisis de sangre en el que el médico hace especial hincapié en la posibilidad de tener colesterol o un atisbo de claridad en tu chico tras verse en el espejo. Oportunidades en las que tú, como buena novia, puedes sugerirle que ya es hora de llevar una vida más sana (o lo que es lo mismo: adelgazar si se está excedido de peso) y comenzar a planificar la rutina. Al tener una segunda opinión o percibirlo desde su propio punto de vista, tu chico se verá más motivado a cambiar este aspecto.
Decirle a tu novio que adelgace porque le gustabas más delgado no es recomendable, salvo que se encuentren en una de esas sesiones de sinceridad que debería existir en toda pareja con buena comunicación y mucho respeto de por medio.
Decirle a tu novio que baje de peso comienza en ti, en aplicarte esas nuevas rutinas que le inspirarán la motivación suficiente. Ser oportunista para hacerle entrar en razón, cambiar la rutina como un modo de no aburrirse en pareja o comenzar a cocinar sano y rico, son otros pasos que, de seguro, ayudarán a tu chico a perder esos kilos de más.
Fuente: www.imujer.com