Alberto MansuetiEste año 2015 habrá elecciones en algunos países latinoamericanos. Como siempre, en nuestra América y en el mundo, la atención se centra siempre en cada elección presidencial, y poca o ninguna importancia se da a la escogencia de los congresistas. Y en la elección para Presidente, se busca siempre identificar a los candidatos con más chances, para seleccionar entre ellos al “mal menor”.Hagamos un pequeño ejercicio rápido: supongamos una elección para Presidente. En el “Escenario 1” hay un candidato X que no es “el mal menor”; ¡es excelente! Honesto a carta cabal e inteligente, muy capacitado, comunicador eficaz, con un equipo igualmente excelente, y excelentes propuestas, nada demagógicas. ¡Y ese candidato X gana las elecciones y resulta Presidente!¿Podría el Presidente “X” resolver los problemas del país? No podría hacer absolutamente nada bueno, si no tiene en el Congreso una mayoría suficiente y capaz de identificar las leyes malas para derogarlas de inmediato. Porque todos los problemas del país son resultado de las leyes malas.En cada país hay varios cientos de leyes malas. Muchas son de origen “endógeno” de cada país. Pero en su mayoría fueron dictadas para todos los países por igual, como convenios o “Acuerdos Internacionales”, por Agencias del “Sistema de las Naciones Unidas” (la ONU), que son los “Ministerios” del Gobierno Mundial en la sombra, que ya existe hoy en día: el FMI y el BM, la UNESCO, la OMS, la FAO, la OIT, el PNUD, la UNICEF etc. Pero todas esas leyes son igualmente malas, por injustas, absurdas e irracionales: contrarias a la producción, el comercio, el ahorro y/o el trabajo, o enemigas acérrimas de la educación, la cultura, la salud, la familia, etc. Son la causa del subdesarrollo, la pobreza y la ignorancia.Vamos ahora a un “Escenario 2”: hay un candidato Y que no es “el mal menor”; ¡es el mal mayor! Suponga Ud. que es deshonesto, burro e incapaz, y su “equipo” es igual. ¡Y gana las elecciones!¿Podría el Presidente “Y” agravar y multiplicar los problemas del país, y sumir a la nación en el caos y la violencia? Pues sí, pero muy por el contrario, también podría mejorar mucho esa nación, si al mismo tiempo que el señor Y es Presidente, hubiera en el Congreso una suficiente mayoría capaz de identificar las leyes malas, y derogarlas de inmediato, tal y como en el Escenario 1. ¿Se entiende?Por eso la importancia del Congreso, que es la sede del verdadero y real “gobierno” de la nación, en tanto del Parlamento salen todas las leyes que “gobiernan” las relaciones más significativas entre las personas y familias: desde el matrimonio y los hijos hasta los vínculos comerciales, de trabajo y de negocios, pasando por los alquileres de los inmuebles, casas y fincas, los depósitos, créditos e intereses en los bancos, las compraventas, los transportes y los seguros etc. etc. Y cada vez más, porque antes estas relaciones se regían en mucho por los acuerdos entre las partes, pero desde hace 50 o 100 años las leyes han sustituido los contratos como fuente de obligaciones y derechos de las personas.Supongo que Ud. no sabía esto del “gobierno” real de una nación; lo acaba de descubrir. ¿Y sabe quién hizo este genial descubrimiento por vez primera? Un brillante jurista italiano, un referente para los liberales clásicos de todo el mundo, de nombre Bruno Leoni. Nació en Ancona, el 26 de abril de 1913, y esta semana celebramos el 102 Aniversario de su natalicio. Fue profesor de Teoría del Derecho y Teoría del Estado en la Universidad de Pavía, desde 1942 hasta su muerte en Turín, el año 1967. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Políticas en Pavía, y Director del Instituto de Ciencia Política. También fue editor fundador del diario Il Politico, y Presidente de la Sociedad Mont Pelerin.Leoni es el autor de un libro inmortal, “La libertad y la ley”, publicada en 1961, que expone la teoría liberal clásica del Derecho, frontalmente opuesta a la teoría estatista de Hans Kelsen, que aún hoy sigue siendo la filosofía jurídica oficial de todo estatismo, sea mercantilista, socialista, nazi o comunista.Kelsen dice: “ley” es cualquier aberración que dicte una mayoría de congresistas según el procedimiento constitucional establecido; aunque sea injusta, absurda y destructiva. Leoni en cambio dice: “ley” es la expresión histórica de un orden objetivo de justicia: no es dictada por el Congreso arbitrariamente, al calor de una moda política pasajera, sino que es un uso inveterado, y que es investigado, descubierto y declarado por los jueces, en el curso de un proceso.Leoni era un jurista magistral; pero ¿qué es un “jurista”? Vale terminar este artículo en su memoria con esa distinción. No es lo mismo un abogado que un jurista. Abogado es quien examina si su matrimonio de Ud., su negocio, su empresa, su automóvil, su trabajo o su casa están o no de acuerdo con las leyes de su país. Y un jurista es quien examina las leyes vigentes de su país, y le dice a Ud. si esas leyes están o no de acuerdo con los principios y valores del orden, la justicia, la paz, la cultura, la civilización, la producción económica abundante y el progreso verdadero. ¿Me explico? ¡Saludos y hasta la próxima!El Día – Santa Cruz