El Tratado de 1904 y el Tratado del 23 de junio de 1929 entre Chile y Perú


Ismael Schabib Montero*SCHABIB2En el entendido que la Causa Marítima es nacional y no del gobierno, y que para recuperar la cualidad marítima no es una condición que el Sr. Presidente Evo Morales permanezca en el gobierno indefinidamente, me permito escribir esta nota.El Tratado de 1904, aparte de definir nuestro límite territorial con Chile, nos pone en situación de “país sin litoral” y a Chile de “país de tránsito”, conceptos que están inscritos en el Derecho Internacional del Mar Parte X, Artículo 125, puntos 1,2, y 3, fruto de la III Conferencia del Derecho al Mar que concluyó en Jamaica el 30 de abril de 1982.El Protocolo Complementario del Tratado firmado entre Chile y Perú, el 3 de junio de 1929, en su Artículo Primero establece “Los gobiernos del Perú y de Chile, no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia, la totalidad o parte del territorio que, de conformidad al Tratado de esta misma fecha, quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán, sin ese requisito, construir a través de ellos nuevas líneas férreas internacionales”.Se echa mucha tinta para decir que los Tratados son o no intangibles; existen argumentos muy poderosos para que se mantengan inamovibles, uno de ellos es para evitar que se produzcan muchos reclamos que podrían terminar en nuevas guerras y por el otro lado existen ejemplos de países que los modificaron, como fue el caso de EE.UU. y Panamá respecto de la soberanía del canal.Las negociaciones que se llevaron a cabo con Chile como consecuencia del “Abrazo de Charaña” contemplaban la sesión de una franja territorial (corredor soberano) con continuidad que le permitiera a Bolivia llegar  a la costa del Pacífico, esa franja se ubicaba entre el límite Chile-Perú, llamado “Línea de la Concordia” y el Norte de la ciudad de Arica; se sabe que se presentaron obstáculos, uno de ellos  fue la propuesta chilena del canje territorial que Bolivia no aceptó y la contrapropuesta peruana, que consistía en internacionalizar Arica, soberanía compartida entre los tres países; Chile no aceptó.Este antecedente nos debe llevar al convencimiento de que el Perú siempre va a esgrimir el Protocolo del 23 de junio de 1929; así como Chile considera inviolable el Tratado de 1904, el Perú también puede inclinarse por la misma postura respecto del Protocolo del Tratado mencionado. Además ningún presidente peruano tendría el coraje, a cambio de nada, de modificar ese Protocolo sin que se produzca una reacción gravísima de su pueblo.Ante esta situación deberíamos buscar una solución en los territorios que fueron nuestros, donde un tercero no tenga participación; obviamente que un corredor con soberanía en esas latitudes los chilenos no aceptarían porque significaría dividir sus territorios. Decidirnos por enclaves soberanos en la costa donde podamos construir uno o más puertos comunicados a nuestro territorio continental por carreteras, podría ser viable. Debemos recordar que el elemento que operacionaliza la cualidad marítima es el puerto, de muy poco sirve una costa si no se cuenta con esa infraestructura que permite explotar el mar.No es lo deseable, pero podría ser lo posible.*V. Almirante de la República de Bolivia