El MAS y el MSM: del amor al despecho

La luna de miel simulada durante varios años entre el MAS y el MSM llegó al término y ahora corresponde hablar el único lenguaje que entiende el partido gobernante: el de la imposición y el de la hegemonía y no existen indicios de que Juan del Granado tenga el físico político para contener la arremetida.

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Otros tiempos. Juan y Evo en la inauguración de obras el 16 de julio, Morales llegó a decir incluso que le gustaría que los ministros aprendan del  alcalde.



Las relaciones entre el MAS y el Movimiento Sin Miedo se parecían mucho a esos “matrimonios por conveniencia” en los que se debe guardar las apariencias por el “que dirán”, pero se sabe que esta situación no es eterna y que el momento de sacarse los trapitos al sol llegará tarde o temprano.

Ya ha pasado esa época en la que el MAS y el MSM intercambiaban piropos y elogios en público pero que tampoco dejaban pasar la oportunidad para ponerse zancadillas muy disimuladamente.

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El tiempo de las cortesías por pura conveniencia política ya pasó y llegó el tiempo en el que se debe definir quién es quien y para esto, se debe reconocer, los masistas han resultado ser unos maestros. Es evidente que en política nadie regala nada a nadie y los “sin miedo” deberán experimentar esto en carne propia y a manos de sus entrañables ex aliados que evidentemente  no tendrán contemplación alguna con ellos.

La candidata a alcaldesa por el MAS en La Paz, Elizabeth Salguero,  ya se está encargando de remarcar las distancias que existen con sus ex aliados. Dice que durante su gestión se dedicará a hacer obras estructurales y no solo de maquillaje lo cual no debe haber gustado a “Juan sin miedo”, quien sin embargo tiene que quedarse callado porque sabe que los masistas le ubicaron su punto débil.

El punto débil de Juan del Granado radica precisamente en el uso de más de mil millones de dólares durante los diez años de su gestión y cuyo uso difícilmente  podrá  ser justificado con unos cuantos parques y “paseos miradores”.

Cuando se está de aliado estas cosas pueden pasar sin ser vistas pero las cosas cambian radicalmente cuando comienza las pugnas por un mismo espacio político o por el control de una determinada entidad como es en este caso la alcaldía paceña.  

Como van las cosas, la pugna por la alcaldía paceña entre el MSM y el MAS promete ser sabrosa y es seguro que saldrán a la luz pública muchos aspectos que habían sido tapados por pura conveniencia política, entre ellos el sobreprecio en algunas obras o el caso de otras que por su mal diseño y peor ejecución  resultan inútiles.

Pero no se trata solo de eso. Al más puro estilo de los partidos tradicionales, se están disputando dirigentes de “organizaciones sociales” o de otras personas siempre dispuestas a ubicarse donde les dicte la conveniencia.

El MAS acusa al MSM de querer arrebatarle a dirigente de “organizaciones sociales” que no fueron tomado en cuenta por ellos como candidatos y califica como desleal a esta actitud. Sin embargo se reserva el derecho de incursionar en el seno de los tan vilipendiados “partidos tradicionales” y tomar prestados candidatos del MIR, ADN y MNR.

Una de las banderas del MAS era presentarse como un partido alejado de las estructuras políticas tradicionales pero a la luz de los hechos, el discurso se agotó y fue abandonado, pero ese ya es otro tema.

Mientras tanto se puede decir que la luna de miel simulada durante varios años entre el MAS y el MSM llegó al término y que ahora corresponde hablar el único lenguaje que entiende el partido gobernante: el de la imposición y el de la hegemonía y no existen indicios de que Juan del Granado tenga el físico político para contener la arremetida.