El Santo Padre recibió una flor de patujú apenas llegó a Viru Viru.
En Santa Cruz, por segunda vez Evo le dio la bienvenida
“Nos vemos otra vez”, le dijo el Papa al Presidente. Bergoglio permanecerá en tierra cruceña hasta el 10 de julio, cuando partirá a la capital paraguaya.
El papa Francisco llegó hacia las 22:45 del miércoles al Aeropuerto Internacional de Viru Viru, de la ciudad oriental de Santa Cruz, tercera parada de su visita pastoral a Bolivia. (foto Enzo De Luca, ABI) |
Página Siete / Santa CruzA Evo Morales se lo vio corriendo tras despedir al papa Francisco, luego de recibirlo en el Palacio Quemado y hacerle llegar numerosos regalos. Su apuro, sin duda, obedecía a que debía abordar el avión presidencial para llegar antes que él a Santa Cruz y, por segunda vez en el mismo día, darle la bienvenida.Así como el Presidente, las principales autoridades cruceñas también llegaron con antelación a Viru Viru y se instalaron en el salón presidencial de ese aeropuerto, en tanto el comité de bienvenida tendía una reluciente alfombra roja y todos aguardaban la llegada del vuelo de BoA que trasladaba a Francisco desde La Paz.A las 22:40 del miércoles 9 de julio, aterrizó el avión con Francisco y su comitiva, y cinco minutos más tarde, descendió el Sumo Pontífice portando en la mano izquierda su clásico maletín negro, visiblemente cansado, pero no por ello desanimado. No es para menos, con una jornada que empezó muy temprano en Quito y atravesó dos países y tres ciudades, el principal representante de la Iglesia Católica ha tenido que mostrar su enorme fortaleza y entrega a sus fieles.Al llegar a Viru Viru recibió una flor de patujú -la flor típica del departamento cruceño- de manos de un par de niños ataviados con el traje típico de Santa Cruz, y empezó su trayecto pausadamente.Mientras una orquesta de jóvenes y niños interpretaba Piama, una típica canción cruceña originalmente cantada en guaraní, la reluciente alfombra roja rodeada de flores que acogía su paso, se vio inundada de personas que se acercaron a saludarlo. El primero fue el presidente del Estado, Evo Morales, a quien le regaló una sonrisa cómplice que parecía decir: «Nos vemos otra vez…”. Luego se aproximó el gobernador de Santa Cruz y su esposa, quienes le obsequiaron varias artesanías chiquitanas y una placa que lo declaraba Huésped Ilustre de Santa Cruz.Los representantes de la Iglesia cruceña, encabezados por el monseñor Sergio Gualberti, arzobispo de Santa Cruz -ante de la ausencia del cardenal Julio Terrazas que no pudo estar presente por su delicado estado de salud-, lo recibieron con abrazos y besando respetuosamente su mano.De ahí en más, y por espacio de unos 15 minutos, las expresiones de bienvenida fueron diversas. Una de ellas del alcalde cruceño Percy Fernández, que le entregó, en medio del tumulto, las llaves de la ciudad. Otras salutaciones procedieron de autoridades provinciales que llegaron a la capital cruceña para conocer al Papa y hacerle llegar regalos y plaquetas.Más allá, rodeando el acto protocolar de bienvenida, unas 500 personas portando banderas bolivianas coreaban su nombre y le expresaban su cariño.No fueron más de 15 minutos los que se dedicaron a este acto de bienvenida en Santa Cruz, donde permanecerá hasta el viernes 10 de julio, cuando partirá a Asunción de Paraguay en la última escala de su gira por Latinoamérica.Un acto corto, algo apurado, en comparación al que se realizó en la ciudad de El Alto, esta misma tarde. Sin embargo, con lo breve, el mismo estuvo mejor organizado, o al menos mejor registrado por las imágenes de televisión de las redes nacionales: no se presenció el desorden que caracterizó los primeros minutos en Bolivia de Su Santidad Francisco I.No hubo palabras ni discursos; el cansancio era obvio. Sin embargo, detallista y carismático como siempre, el papa Francisco no dejó de lado la cordialidad y retribuyó las atenciones del presidente Evo Morales despidiéndose con un beso.La gente a la esperaEl clima decidió dar tregua a los cientos de miles de cruceños que desde primeras horas de la tarde decidieron apostarse en el trayecto que recorrería el papa Francisco a su arribo a Santa Cruz. Unos fríos, pero aceptables, 15 grados permitieron que la gente acudiera masivamente a la esperada cita. Unos llevaron sillas para acomodarse pacientemente; otros, en grupos, se calentaban cantando y bailando; algunos portaban imágenes de vírgenes y santos o portaban carteles de bienvenida o de pedidos de bendición. «Bienvenido papa Francisco”; «Francisco te pido bendición para mi hijo Ismael”; «Te esperamos con amor”; «Santa Cruz te ama”, eran algunas de las leyendas que se mezclaban entre la muchedumbre.Muchas personas llegaron de otras ciudades y de otros países. Al salir del aeropuerto de Viru Viru, un grupo de argentinos, con la bandera blanca y celeste, decidieron permanecer desde la tarde a la espera del paso de Francisco. «Vine de Tucumán solamente para recibir su bendición”, contó Patricia, una joven de 20 años que llegó la mañana del miércoles con su familia y decidió, prácticamente, acampar en las afueras de la terminal aérea.Como Patricia y su familia, muchos pasajeros procedentes de otras ciudades aprovecharon la coincidencia y se quedaron en el aeropuerto a esperar al Papa.Así, a pesar de que bordeaba la medianoche cuando el papa Francisco llegó a Santa Cruz, desde su salida del aeropuerto hasta su llegada a la casa del cardenal Julio Terrazas, donde se hospeda hasta el viernes, estuvo acompañado de la gente, su cariño y aplausos.