MAS.. falsa que bella

«Ayuda» a los damnificados con donaciones del Estado y trabaja para ella todo el equipo gubernamental montado por el exministro Quintana.

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Jessica Jordan conversa con damnificados asentados en la vía de Puerto Almacén. Fue el miércoles 27 de enero. (foto La Razón)



La bella Jessica Jordán ha perdido toda esa candidez que suele caracterizar a las “misses” de todas las latitudes y que, a parte de sus esculturales formas, son un componente insustituible de ese encanto tan sutil y a la vez tan impactante que despliegan en las pasarelas. Su belleza se está diluyendo muy rápidamente con su paso por la “arena política” y ya  ha adquirido muy reprochables prácticas que han ocasionado que la actividad política no sea muy bien vista.

No es novedad que el MAS ha reeditado las viejas prácticas de los partidos políticos tradicionales a los que tanto critica entre ellas, la prebenda, la corrupción y el uso de los recursos del Estado con fines electorales. Particularmente este último punto ha sido llevado hasta los límites por el partido gobernante como se vio en la campaña electoral de diciembre pasado.

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Lo que es peor, está instrumentalizando la dramática situación que confrontan los afectados por las inundaciones en el departamento del Beni y es aquí donde la Jessi entra en juego y no de una forma muy digna.

Se ha dado a la tarea de visitar las áreas afectadas y entregar una asistencia que proviene de Defensa Civil, es decir del Estado. La peor forma de hacer campaña es aprovecharse del dolor de la gente o de una situación de desastre y peor aún resulta utilizar recursos que pertenecen a todos bolivianos para intentar réditos políticos.

Este es uno de los primeros traspiés de la beldad pero no será el único. Los defectos nunca vienen solos y en su caso se han unido el uso desvergonzado de los bienes del Estado a la más descarada de las mentiras. Dice que la ayuda que entrega ha sido adquirida con sus propios recursos y que su presencia en los lugares en los que se encontraban los grupos de Defensa Civil y personal venezolano fue producto de la casualidad. Se trata de un cinismo que hubiera envidiado el más marrullero y taimado de los «viejos» políticos.

En realidad está trabajando para ella en el Beni todo el equipo gubernamental que montó para las elecciones generales el exministro Juan Ramón Quintana, que dicho sea de paso no ha desistido de su intento de hacer de la Amazonía boliviana su feudo particular.

Como era de esperarse la estrategia diseñada para que Jessi acceda a la Gobernación beniana contempla el uso de ayuda destinada a los damnificados por las inundaciones y la miss se ha incorporado con entusiasmo a un juego que resulta ciertamente inmoral.

Muchos dirán que no podía esperarse otra cosa de una chica que no tuvo escrúpulo alguno para fraguar sus documentos de identidad para poder ser Miss Bolivia, pero lo menos que se le podría pedir es que no se aproveche de las desgracias ajenas. Lamentablemente, en su caso, la belleza física no viene acompañada de la espiritual.