La temible yakuza, la mafia japonesa, ha levantado el velo de secreto al permitir que un fotógrafo belga eche un vistazo a su mundo desde dentro. Durante dos años, Anton Kusters tuvo un acceso de sin precedentes a estos delincuentes y compartió la experiencia con RT en su primera entrevista televisiva.
«Tuvimos que negociar con ellos durante alrededor de 10 meses antes de nos permitieran sacar fotos», señaló Anton Kusters en su entrevista a RT. Tras conseguir el permiso necesario, el fotógrafo belga enfocó su trabajo en las controversias y la ambigüedad que rodea al secreto mundo de la yakuza.
«Mi objetivo para este proyecto era muy simple: entender qué es ser un yakuza, qué significa tener un pie dentro de la sociedad y otro fuera y qué significa saber que eres bueno y malo al mismo tiempo», explicó Kusters. Así, gran parte de su labor fue renunciar a los estereotipos que tenemos sobre los miembros de la yakuza.
«Aparte de los elementos criminales, son personas normales, como tú y yo, pero que optaron por dedicar parte de su ser a integrar la yakuza. Por supuesto, todos no son mafiosos tatuados que van cortando cabezas con espadas», aseguró Kusters a RT.
El fotógrafo belga obtuvo la suficiente confianza dentro de la organización para que le dejaran acceder al funeral de uno de los jefes de la mafia, algo que incluso los reporteros japoneses nunca han logrado. De este modo, las imágenes sacadas en la ceremonia fúnebre se convirtieron en «una especie de apoteosis de todo el proyecto».