Hay una gran diferencia entre la teorización y la especulación. La teoría tiene bases sólidas de sustentación y la segunda no es más que un cúmulo de afirmaciones ilusorias lanzadas al viento sin ton ni son. Es claro que lo segundo es el fuerte del vicepresidente Álvaro García Linera quien se ha propuesto dar un carácter científico a esa fantástica elucubración que ha denominado “socialismo comunitario”.
García Linera en algunas ocasiones se define como “marxista” pero es evidente que el método que utiliza para el análisis social y para la formulación de sus propuestas, dista mucho de serlo. El marxismo (como método de análisis) tiene como característica que utiliza criterios científicos rigurosos para el análisis de las sociedades y los procesos políticos, económicos y sociales. Por consiguiente no hay nada más alejado del método marxista que la especulación.
Cualquier cientista social se quedaría perplejo ante la facilidad e impunidad con la que García Linera transita del indigenismo hacia el socialismo y viceversa y llega a plantear el retorno hacia las sociedades agrarias como la solución a los problemas como la desigualdad.
Hubo un experimento en una época reciente y que tuvo funestas consecuencias. A mediados de los años 70 el victorioso Khmer Rouge y su líder Pol Pot intentaron aplicar en Camboya ese “socialismo comunitario” y el retorno a las sociedades agrarias pre industriales. Ello implicó el masivo traslado de los habitantes de las áreas urbanas hacia las rurales para que se dediquen exclusivamente a labores agrícolas.
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Como se sabe el experimento tuvo características de genocidio y cualquier persona que no hubiera realizado un trabajo manual podía ser ejecutado por ese solo motivo. Se intentó borrar todo vestigio de expresión individual y las actividades intelectuales eran despreciadas y severamente penalizadas. Se quiso, en suma, hacer que la sociedad camboyana retornara a la Edad de Piedra.
García Linera debiera saber que existen leyes de desarrollo social y que todas las sociedades, tanto en el Abya Yala o en Europa han seguido, con alguna diferencia de matices, las mismas etapas hasta llegar a la conformación de los Estados modernos. Por lo general los intentos de hacer retroceder a las sociedades a sus estados primitivos no han sido más que experimentos fallidos producto de mentes paranoicas pero cuyos resultados fueron catastróficos.
La sociedad de hoy y que tiene como paradigma al capitalismo no es la mejor que se podría desear pero el retorno a las sociedades con base a los clanes o gens, que no otra cosa significan los ayllus, dista mucho de acercarse a la perfección.
La propuesta de Álvaro García Linera hubiera sido recibida con risas en cualquier seminario sobre desarrollo social, pero resulta que ahora este delirante «intelectual» esta en la oreja del presidente Evo Morales y tiene el poder suficiente para conducir a Bolivia hacia una aventura genocida en lo económico y de absoluta irresponsabilidad en lo político.