Para indígenas bolivianos, las heridas de Chaparina están abiertas


[vid url=http://cd1.eju.tv/video/1406/GAP2015250914.mp4]Los policías aplicaron la violencia. Los marchistas solo atinaban a correr ante la furiaLos policías aplicaron la violencia. Los marchistas solo atinaban a correr ante la furia. ARCHIVOHoy se cumplen cuatro años de la violenta intervención a los marchistas que iban a La Paz para evitar que una carretera parta en dos al Tipnis. Exigen que la justicia sancione a los culpables.EL DEBER, Santa Cruz“Las heridas del cuerpo han sanado, pero las del alma siguen latentes y cada día que pasa lastiman más porque aún no se ha hecho justicia”, dice Nazaret Flores, líder indígena que el 25 de septiembre de 2011 fue una de las personas reprimidas por policías cuando estaban en la zona de Chaparina marchando hacia la Paz, para evitar que el Gobierno construya una carretera por el Tipnis.Aquel año, Nazaret era la vicepresidenta de la Central de Indígenas de Beni y estaba embarazada de dos meses. Tras los palazos y las patadas, los golpes y otros ultrajes ocurridos la tarde de la represión, su salud se fue quebrando y al cabo de unos días perdió al bebé que llevaba en su vientre.Ella ahora está en Trinidad, junto con Fernando Vargas, el presidente de la subcentral del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) que también participó de la octava marcha y que fue golpeado por más de cuatro policías. “Esta es una fecha muy oportuna para exigir a la justicia que en el marco de la Constitución sancione a los culpables de este y de otros hechos”.“Éramos más de 1.000 personas las que marchábamos a La Paz, más de 100 fueron maltratadas en Chaparina y por lo menos 30 resultaron heridas”, recuerda Vargas, y también que la comisión de fiscales haya, en su momento, rechazado la denuncia presentada contra el exdirector de Régimen Interior Boris Villegas, el excomandante de la Policía Jorge Santisteban y el ex inspector general de la institución del orden Edwin Foronda, por su supuesta participación en la represión indígena.Rafael Quispe, que en la octava marcha era el mallku del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) y que ahora es diputado nacional, considera que en realidad hoy se recuerdan cuatro años de impunidad por los hechos de Chaparina. “No hay ni una persona en la cárcel y eso tiene que cambiar porque debe llegar la justicia a todos los culpables para que paguen por lo que hicieron”, enfatizó