Ser coronador es a lo máximo que puede aspirar una comparsa en Santa Cruz y debe trabajar al menos dos años para conseguirlo. Debe participar de las precarnavaleras y el corso en años consecutivos antes de postularse a portar la corona. Una vez consegida, el verdadero trabajo comienza.
Lo sabe Gary Áñez, coronador de 2015 con los Picarones, que organizó diversas comisiones para brillar en Carnaval. Los gerentes de empresas se encargaron de planificar y administrar el presupuesto, los ingenieros y arquitectos de supervisar los carros y los comunicadores y presidentes fueron comisionados para diseñar una estrategia que lleve a buen puerto el esfuerzo.
Desde el principio, pusieron sus ojos en Anabel Angus como reina. Nunca hubo otra opción, siempre fue ella, confiesa Áñez. Como hombre de televisión, Áñez sabía que Angus estaba acostumbrada a cumplir horarios, a tener responsabilidad grandes sobre sus hombros y que era capaz de transmitir un mensaje con facilidad, de llegar a la gente.
“Nunca tuvimos ningún roce con ella, porque los reclamos se hacían con respeto de una y de otra parte”, asegura. Como toda empresa, los Picarones se lanzaron a buscar auspicios, firmaron contratos y lograron financiar un presupuesto que, según otras fuentes consultadas, superó los $us 700.000. A eso se enfrenta un coronador.
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Fuente: eldeber.com.bo