Experta analiza perfil de policía del GACIP y revelan una relación


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La investigación del caso del instructor policial del GACIP acusado de dopar y violar a un adolescente de 17 años que era su subalterno se complica. Ayer, el abogado del policía, Carlos Torrico, sostuvo que la víctima y el agente policial tenían una relación de pareja y que la denuncia obedece a una venganza porque el idilio terminó a raíz de una infidelidad.Lurwyn Ledezma, defensa de la víctima, ratificó la denuncia y señaló que habrían más menores, miembros del Grupo de Apoyo Civil a la Policía (GACIP) damnificados. Repitió que las autoridades hallaron 10 bolsas plásticas con calzoncillos de varones, líquido seminal, sangre y drogas en casa del sindicado. Varios padres llamaron a este diario preocupados por la inseguridad dentro de la institución. OPINIÓN conversó con otro abogado que aseguró que existe otra víctima, que en las próximas horas podría sentar denuncia.Si esto se confirmara, se abre la posibilidad de una pesquisa a un violador serial. La psicóloga clínica del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), Lorena Cox, advirtió que el imputado debe ser sometido a un peritaje psicológico para confirmar cada impresión preliminar, pero que por los indicios descritos por el abogado Ledezma, el relato de la víctima y la probabilidad de la existencia de más personas afectadas, se puede decir que el sindicado tendría un perfil psicopático de personalidad con cierto grado de perversiones a través de las que busca obtener satisfacción sexual propiciando situaciones morbosas.“Si se confirmara que hay varias víctimas, que se trata de un presunto violador en serie, estamos hablando de peligrosidad criminal y ello implica la posibilidad de reincidencia futura en la comisión del delito”, describió la profesional con maestría en Psicología Forense, Medicina Legal y Ciencias Policiales.Las perversiones son desviaciones y cuando se relacionan con la sexualidad, los implicados pueden acumular “trofeos” como las prendas íntimas u otros objetos de sus víctimas, para poder recrear una y otra vez sus vejámenes para aumentar su placer sexual, y su narcisismo. Las filmaciones de sus delitos, el guardar fluidos biológicos de sus víctimas, tiene que ver con perversiones, pero también con egocentrismo.El mayor riesgo, sin embargo, es la peligrosidad criminal. “Esta posibilidad de reincidencia futura va a suponer un grado de planificación y un esquema mental para mejorar su modus operandi”. Mientras más víctimas tenga, la edad de ellas irá disminuyendo porque sentirá que ejerce mayor poder sobre las más personas más vulnerables. “El cargo que ocupa es importante porque al ser superior a sus víctimas en grado, siente placer al someterlas, al verlas sumisas. Su cargo le permite cometer estos delitos , precisamente porque debe recurrir a las habilidades propias de su función para someter a esas víctimas”.Para Lorena Cox, el uso de drogas no es la causa de este tipo de delitos. Más bien, las personas con perfiles psicopáticos perversos se valen de las drogas para intensificar su satisfacción, pues al tener emociones planas, se aburren rápido y buscan generar más adrenalina.URGEN EVALUACIONES Pese a que este caso fue calificado como un hecho aislado por el viceministro Marcelo Elío, ya son varios los hechos en los que policías están implicados en violaciones sexuales: el caso Minerva, en el que una discapacitada mental fue violada por varios efectivos dentro de la UTOP, el de un mayor de la Policía sentenciado por abusar de una niña, el de dos policías que usaron una patrulla para vejar a una mujer en Quillacollo.Para la directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Julieta Montaño, es urgente crear equipos multidisciplinarios de profesionales para someter a los policías a evaluaciones psicológicas periódicas, pues no se puede seguir poniendo en riesgo a la ciudadanía.

“Tenían relación de pareja”

Carlos Torrico, el abogado del instructor policial acusado de violación sexual a un civil del GACIP, negó rotundamente ayer que su cliente haya vejado al denunciante. Mostró extractos telefónicos de mensajes entre la víctima y el instructor policial en los que conversan como si fueran una pareja sentimental.Según Torrico, ambos tenían una relación y terminó por una infidelidad de la víctima. La denuncia, asegura, tendría el objetivo de una venganza. El abogado, además, dijo que recabará documentos para probar que la víctima no es menor de edad, que su cliente autorizó el allanamiento de su casa y entregó su celular, porque no tiene nada que ocultar. Sostuvo que es mentira que se haya encontrado fluidos biológicos o drogas como declaró el abogado del denunciante, Lurwyn Ledezma. “Eso no está en las actas de colecta de evidencias, solo se halló ropa interior”, agregó. Acotó que todos los miembros del GACIP están declarando y que no existen otras víctimas.Fuente: Red Uno, Opinión