El Chapo” Guzmán quería una película y ya la tiene, nada menos que con una estrella de Hollywood como Sean Penn de protagonista y una diva de la talla de Kate del Castillo como actriz principal. El resto de los personajes está por definirse al igual que el guión, que podría ir escribiéndose en la medida que el capo del narcotráfico más poderoso de los últimos tiempos comience a hablar, hecho que podría ocurrir en Estados Unidos, lugar donde tienen lugar las producciones más taquilleras de la industria cinematográfica.
Hasta el reportero más novato sabe que esas preguntas que supuestamente le hizo Sean Penn en la clandestinidad a Joaquín Guzmán Loera no corresponden a una entrevista periodística. Casi todas eran regaladas, hechas para que el narco prófugo diga lo que se le antoje, cuando todos saben que el diálogo entre un periodista y su entrevistado está dirigido a interpelar y a cuestionar. No se puede imaginar que una revista de la talla de Rolling Stone publique un cuestionario que se presta para la apología del narcotráfico, para que un mafioso haga alardes de su poder y encima le advierta a las autoridades mexicanas y estadounidenses que más les conviene mantenerlo vivo.
Sean Penn es un provocador, un disidente que de manera constante desafía a los poderes establecidos. Se juntaba con Chávez, con Morales y ahora lo hace con ‘El Chapo’, pero a la hora de la verdad sabe inclinarse por los suyos, como lo hizo aquella vez que visitó a su amigo Jacob Ostreicher en Palmasola, gesto que sirvió para destapar un tremendo caldo de corrupción que comenzaba a heder en el Estado Plurinacional de Bolivia y que se ha convertido en la piedra en el zapato de las autoridades nacionales.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Los más suspicaces pueden pensar que la entrevista divulgada por la contestataria Roling Stone es apenas la primera y que la segunda entrega pueda incluir datos mucho más interesantes que el simple alegato de un narco que trata de convencer de que la droga no es tan dañina como la pintan. Esta puede incluir algunos detalles sobre los contactos políticos, policiales y militares, tanto nacionales como internacionales que pudieran haber facilitado las cosas para que hable «El Chapo».
Según las primeras investigaciones, las negociaciones para concertar el encuentro entre Guzmán y Sean Penn se habrían producido en territorio venezolano, donde altas esferas chavistas ligadas a los cárteles de la droga habrían brindado seguridad y arreglos logísticos. Lo demás es absolutamente previsible en un país como México, donde más de la mitad de los municipios, de los líderes políticos y de los empresarios están ligados al crimen organizado cuyo máximo exponente ha vuelto a su celda, donde se vuelve más peligroso que suelto.
La película de “El Chapo”, como decíamos, podría tener su epílogo en Estados Unidos, donde acaba de declararse culpable otro de los grandes jeques de la droga, Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, quien sorprendentemente sonreía cuando fue extraditado en septiembre del año pasado. Algunos creen que el gesto se debía a las indulgentes ofertas que le había hecho la justicia norteamericana a cambio de información y una primera parte del paquete habría incluido datos para dar con Guzmán, pues su captura se produjo a dos días de haber soltado la lengua. Es muy probable que este guión se repita en la película de «El Chapo».
Los más suspicaces pueden pensar que la entrevista divulgada por la contestataria Roling Stone es apenas la primera y que la segunda entrega pueda incluir datos mucho más interesantes que el simple alegato de un narco que trata de convencer de que la droga no es tan dañina como la pintan. Esta puede incluir algunos detalles sobre los contactos políticos, policiales y militares, tanto nacionales como internacionales que pudieran haber facilitado las cosas para que hable ‘El Chapo’
Fuente: eldia.com.bo