Los liderazgos únicos


cayo-salinas-000Cayo SalinasInevitable que el ambiente se enrarezca en la medida que la cita de febrero se acerca. La semana que termina ha servido para que el ciudadano conozca cuál la tendencia respecto al Sí y al No, fruto de sendas encuestas. En esa dinámica, dos empresas han hecho conocer resultados a nivel nacional con diferencias sustanciales en cuanto al ganador.Evidentemente ese hecho nos coloca en una situación incómoda en términos de credibilidad, habida cuenta de que no existe un grado de certeza que permita la realización de un análisis cuando menos serio respecto a las opciones del voto contrastadas con los hechos políticos que se suceden a diario. Los rumores en sentido que una u otra encuestadora tiene preferencia respecto a ciertos grupos políticos, incluido el oficialismo, no son un buen aliciente si acaso lo que se busca es garantizar la fidelidad de los datos. En todo caso, dichos resultados disparan reacciones de uno y otro lado; para los perdedores, no reflejan el sentimiento del electorado y para los ganadores, contribuyen a fortalecer una postura a la hora de implementar una corriente de votación. Al final, con campañas que a diario muestran mayor ímpetu, estamos frente a un clima casi plebiscitario y ante la ausencia de un adecuado marco de institucionalidad que no permite otorgar certeza a todos los componentes que tienen que ver con una elección, léase, imparcialidad del árbitro, cumplimiento de las reglas electorales, profesionalidad de las encuestadoras, etc.Esa nuestra realidad, la que ciertamente se contrapone a la madurez que en términos de responsabilidad como electorado se ha alcanzado en Bolivia. Con ese panorama, no hay duda de que el Gobierno está trabajando con todas las herramientas de que dispone porque se juega la posibilidad de la permanencia de Evo en el poder. Queda claro que aún ganando el Sí, Evo Morales y Álvaro García deben ir a una elección el 2019, lo que no resta la serie de cuestionamientos que existen respecto a la forma como se ha introducido la reforma parcial de la CPE en la perspectiva de posibilitar se mantenga en el ejercicio del poder al binomio del MAS.Ausencia de liderazgos genuinos dicen en ese partido refiriéndose a la tesis prorrogativa. Al respecto, el Sr. David Choquehuanca ha señalado en Madrid, ante la consulta del por qué no se construyó un sucesor para Evo Morales, que hay “un solo Fidel, un solo Mandela, un solo Gandhi y hay un solo Evo”. Es evidente que así es. Cada persona tiene rasgos y características que hacen que una sea diferente a la otra. Por ejemplo, no existe ni existirá un hombre de la dimensión de Mandela, lo que no quiere decir que en Sudáfrica no haya habido y no haya un ser humano con la capacidad, visión y liderazgo de conducir ese país. Creer lo contrario sería fatal y nos conduciría a presidencias vitalicias a la luz de la falsa premisa de que los líderes políticos, por muy carismáticos que sean, son insustituibles. Es más, Mandela rechazó ir a la reelección precisamente porque primaba en él una cultura republicana en la que los preceptos de alternancia y acatamiento a las reglas impuestas son básicos. Por tanto, lo que el Canciller declara tiene un sesgo partidario y personal que de ninguna manera contribuye a una cultura democrática para quienes creemos que los liderazgos no son únicos ni insustituibles. Los que los hay, merecen toda la ponderación y respeto, no así el culto y la adoración. Nada más ladino, en todo caso, que optar por esa vía. En febrero sabremos si el Canciller tenía razón y si los bolivianos le creyeron.Los Tiempos – Cochabamba