En todas sus campañas el partido en función de gobierno ha utilizado un método que podría ser calificado como una “estrategia del terror”. En la campaña electoral de diciembre de 2005 se decía sin tapujos que si Evo Morales no llegaba a la presidencia, el país debía prepararse a una etapa de caos y violencia.
La candidata del MAS a la alcaldía de Sucre, Ana Maria Quinteros (izq) dijo que no "llegará un solo peso" al departamento si gana la oposición. El presidente en el mismo acto prometió 500 millones de dólares a Chuquisaca si les da su apoyo. (fotos Abi)
El mismo mensaje fue reproducido en el referéndum revocatorio y luego en el constituyente. El país está siendo víctima del más abyecto chantaje del que se tenga memoria. Los masistas dicen que si no se hace o no se aprueba lo que ellos dicen, las “organizaciones sociales” están en la capacidad de paralizar el país y tornarlo ingobernable.
La verdad es que existen razones más que suficientes para creerles. Al fin y al cabo ese fue el método recurrente de Evo Morales. Todos recuerdan los permanentes bloqueos en el Chapare dejando partido en dos al país y las tan mentadas “marchas” a las que ahora los masistas quieren darles un carácter heroico.
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Ese mismo discurso chantajista y terrorista está siendo utilizado con la sola variante de matices en la actual campaña en vistas a las elecciones de gobernadores y alcaldes. Los candidatos oficialistas y los funcionarios de gobierno alegan, unas veces en forma sutil y otras de manera descarnada que aquellas regiones que no les favorezcan con su voto verán postergadas sus expectativas de desarrollo "porque del gobierno no les llegará un centavo".
En todos los actos de campaña principalmente en los pueblos de la "medialuna", donde están amenazados judicialmente exprefectos ahora candidatos, esta advertencia la repiten no solo los candidatos sino el propio presidente Evo Morales que promete obras faraónicas para aquellas regiones que voten por sus postulantes. Basta ver el spot en el que promete financiamiento para la construcción de un mítico “tren elevado” en caso que sea elegida Elizabeth Salguero como alcaldesa de La Paz.
El presidente y vicepresidente no se cansan de insistir de que el gobierno prefiere “trabajar” con gobernadores y alcaldes afines, lo que en buen romance significa que si es elegido un opositor se le cortará todos los recursos y eso no puede ser calificado sino como un cínico chantaje a la población.
Estos métodos son terroristas por cuanto se pretende infundir temor en la población: “o votan por nosotros o se atienen a las consecuencias”.
Sin embargo en otras regiones el mensaje se torna más agresivo y pasa de las palabras a los hechos. En el departamento de Pando rige un sistema represivo dirigido a recordar a los habitantes lo que les espera (cárcel y exilio) si persisten en su actitud opositora al MAS.
En ninguna de las elecciones o referéndums el MAS logró una victoria en Pando y eso resulta una afrenta para el gobierno que no puede tolerar el ver como una región se le ha puesto al frente a pesar de toda la violencia que ha desatado en su contra. Los candidatos opositores prefieren andar con mucha cautela para evitar ser trasladados y encarcelados en La Paz con cualquier pretexto y virtualmente se encuentran impedidos de desarrollar sus campañas. Lo que esta claro es que a través del discurso del miedo Evo y el MAS esta vez apuntan a "ganar" el control político en Pando.
El clima en el que se desarrollarán los comicios del domingo próximo no es del más propicio. Nuevamente , y esta vez en forma más descarada, el gobierno ha puesto al servicio de las candidaturas oficialistas, todo el aparato del Estado. Y lo hace de esa forma insolente; de esa forma tan propia de quien sabe que tiene la impunidad que le da el poder y que no hay ni órgano electoral, ni poder judicial ni organismos internacionales que se atrevan a frenar tan grosero atropello a la democracia.