El ministro de Gobierno está furioso por el robo ocurrido nada menos que en la oficina de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, de donde se llevaron 50 mil dólares, 13 mil bolivianos, armas de fuego y otros objetos. La sustracción se produjo en la oficina de la jefatura que custodia las evidencias de los supuestos crímenes que se investigan y el botín corresponde al caso de YPFB que mandó a la cárcel al ex presidente de la petrolera, Santos Ramírez. El ministro debería molestarse también por lo que sucedió ayer en el juzgado Cuarto de Instrucción en lo Penal de la Sede de Gobierno, donde le robaron la billetera a Gary Prado, ex candidato a alcalde. Como se sabe, Gary, acusado de colaborar con el clan Rózsa, estaba rodeado de policías, fiscales y agentes de seguridad del Ministerio de Gobierno en el momento en el que metieron la mano al bolsillo. En el barrio les dicen “finos” a esos que gozan de una gran habilidad para apropiarse de lo ajeno. Don Sacha no debería estar tan orgulloso de estar rodeado de colaboradores “marca Cañón”.
Bajo el penoco – El Día