La reciente celebración del Día Mundial de la Bicicleta ha puesto en evidencia que Santa Cruz de la Sierra, la capital del oriente boliviano, carece de una red urbana de ciclovías que permita la circulación de ciudadanos en bicicleta de manera segura y fluida. Esta carencia resulta sorprendente si se toma en cuenta que no es la primera vez que se reclama este tipo de vías. Por el contrario, la solicitud data de poco más de una década, impulsada y promovida tanto por organizaciones ecológicas como por las de salud, las mismas que vienen pidiendo a las autoridades locales un sistema de vías de exclusivo uso de bicicletas, de modo que una el Casco Viejo con los barrios fuera de él.
Hasta el momento, todo indica que las peticiones han caído en saco roto. Mientras se hacen grandes proyectos para el tráfico vehicular, incluyendo el tren urbano y el metropolitano, que por fuerza deben incluir modificaciones importantes en el flujo de motorizados dentro de la mancha urbana y la implementación de la señalética horizontal y vertical correspondiente para vehículos y peatones, no se ha mencionado de manera puntual si se está incluyendo, además, una red de ciclovías. Si se mira bien, más han sido las actividades esporádicas y voluntaristas antes que medidas concebidas dentro de una política de ordenamiento del tráfico vehicular y la seguridad de peatones y ciclistas.
Conviene puntualizar que Santa Cruz de la Sierra cuenta con una normativa edil sobre este asunto. La Ley Autonómica Nº 05/2015 promulgada el año pasado, señala claramente que se busca implementar ciclovías en la ciudad a fin de promover el uso de bicicletas y garantizar la seguridad de los ciudadanos que la usan. La norma edil enfoca también la proyección de una red de bicicarril de cien kilómetros no solo para fomentar el deporte ciclístico, sino para ofrecer un medio de transporte masivo que conlleve a mejorar el medio ambiente y la salud de los ciudadanos. Por otra parte, se había anunciado el diseño de un manual de convivencia en la vía para el ciclista y el peatón.En esa perspectiva, se supone la implementación de bici-parqueos y el mantenimiento de las ciclo-rutas. Sin embargo, da la impresión que todavía no se ha tomado este asunto con la seriedad que amerita. Se considera que la capital cruceña parece haber sido diseñada pensando más en el parque automotor que en el ciudadano de a pie. Quizás por ello resulta evidente la carencia de vías y el desconocimiento de normas para la circulación de ciclistas. La incidencia de accidentes viales, con muerte de peatones y ciclistas atropellados, constituye un ejemplo del escaso respeto a las normas en general, lo que se ha visto reflejado en el atropello y muerte de trabajadores de limpieza urbana.Esto significa que todavía hace falta mucho por hacer en lo concerniente a la cultura vial en Santa Cruz. La constante y peligrosa transgresión a las señales del sistema semafórico por los conductores de motorizados y la invasión de los espacios reservados para los pasos peatonales dice mucho -y mal- de quienes conducen vehículos. Este tipo de falencias se nota más en la circulación de ciclistas, quienes arriesgan su vida al utilizar las calles y avenidas de la ciudad. Por ello, resulta oportuno llamar a la reflexión de las autoridades locales para que insistan y redoblen sus esfuerzos por la implementación de una red de ciclovías, además de la educación vial de los ciudadanos.
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Resulta oportuno llamar a la reflexión de las autoridades locales para que insistan y redoblen sus esfuerzos por la implementación de una red urbana de ciclovías, además de la pertinente educación vial de conductores y ciudadanos de a pie.
Fuente: eldia.com.bo