Por: Joaquin Cavanna [email protected]
El chileno generó una revolución en La Rural durante la presentación de su libro «#Chupaelperro». El youtuber de habla hispana más famoso del mundo reunió a 15.000 fanáticos y cautivó a propios y extraños

Para el evento exclusivo de la firma de libros del chileno se vendieron sólo 2.000 entradas (que fueron agotadas en menos de dos días). Sin embargo, fuentes de la organización revelaron que se estimó un total de 15.000 personas en todo el predio. La mayoría compró una entrada general para la Feria con la esperanza de poder escabullirse entre la cola de los «más» fanáticos y conseguir también una firma de la estrella.
A 15 minutos para el inicio del encuentro del youtuber con sus fanáticos, las inmediaciones de La Rural todavía era una ola de chicos desbocados y padres tensos y resignados. «Cristian, ¿Vos sabías que iba a haber esta cola para esto?, ¿por qué no compraste la entrada online? Además, ¿Quién se cree que es este pibe», regañaba Claudia, una mujer entrada en sus cuarenta que ya acumulaba casi tres horas de espera para poder entrar al predio. A pocos metros de allí, el merchandising estaba listo para hacerse efectivo. Fotos del youtuber chileno a 120 pesos, peluches de Pokemon y espadas de goma del Minecraft, la aplicación online de construcción que es el otro furor de la mayoría de los pre-adolescentes.
La seguridad de un mandatario nacional
Una de las encargadas de la prensa de la cita se llamaba Verónica, al recibir a cada periodista acreditado iniciaba su speech: «Como sabrán, por cuestiones de seguridad, hay un par de medidas que habrá que tomar para esta cobertura. Lo primero que van a hacer es acercarse al Pabellón 8, donde Germán estará firmando autógrafos. Estarán a unos 10 metros, no le pueden hablar, no le pueden pedir que pose para una foto y traten de no distraerlo. Luego, tendrán la oportunidad de hablar con los chicos que esperan en la cola para la firma de libros y después accederán a un patio interno en el predio, donde habrá una pantalla gigante para que los fans que están sin entrada para la firma lo puedan ver. Les pido que respeten esas medidas».
El evento se produjo bajo un marco de medidas de seguridad extremas
El nivel de seguridad era extremo. Así como se prohibía a los periodistas relacionarse con el protagonista, los propios fans también tenían sus restricciones: no podían abrazarlo, ni utilizar sus teléfonos para fotos y videos. Las imágenes de la firma serían tomadas por la editorial organizadora y luego repartidas en las redes sociales. Sin embargo, ninguno de los límites impuestos borró la sonrisa de la cara de esos miles de chicos. La posibilidad de ver en persona y de sentir por primera vez a esa hombre que los hizo reír durante años mediante Youtube, Facebook, Twitter o E-Mail ya significaba el sueño cumplido.
La devoción absoluta
«Soy Germán» apareció en escena poco después de las tres de la tarde en un pabellón Emilio Solanet cerrado exclusivamente para su acto. «¡¡¡Germán, Germán, Germán!!!!», fue el grito de las chicas y chicos que estaban desde la madrugada en la puerta de La Rural para poder vivir ese momento específico. El chileno vestía una camiseta roja con una campera negra, auspiciada por una empresa de Póker Online, y la capucha puesta sobre su cabeza.
«¡¡¡No puedo creer que ya lo voy a ver!!! No sabés la cantidad de veces que imaginé este momento. Jamás pensé que sería acá y de esta manera. Alguna vez soñé con cruzármelo en la playa o hasta en ir al cine juntos. Pero esto jamás lo pensé. Voy a cumplir mi sueño», reflexionó en medio de los nervios Geraldine, una chica de 11 años que se encontraba a menos de cinco minutos de encontrarse con el youtuber.
Garmendia lo hizo rápido. Promedió menos de cinco segundos con cada firma de libro. La idea de la organización era la de no repetir lo sucedido en Colombia, cuando Soy Germán firmó 5 mil ejemplares y tuvo que permanecer sentado en la silla durante más de 12 horas.
Pese al contacto efímero, el trato del joven youtuber con sus fans fue impecable. Regaló sonrisas, besos, rompió el protocolo y abrazó a la mayoría de sus fanáticos y, en cada foto, regaló una de sus morisquetas tan características en sus videos de Youtube.
Su canal de Youtube, «HolaSoyGermán» tiene más de 27 millones de suscriptores
«¡Mirá lo que es esta firma! Es hermosa. Estuvo súper simpático y se rió con un chiste que le hice«, le comentaba Daniela, en medio del llanto, a su mejor Paula. Ambas comparten séptimo grado en una escuela de El Palomar y acudieron a la Feria con el padre de la primera, que sonreía con cara de alivio… su espera había finalizado y su hija había hecho realidad todo lo que había hablado y supuesto durante la semana anterior.
Todo por mi hijo
Otro colectivo protagonista del suceso fue nada menos que el de los padres. Esos que decidieron dedicar su sábado de descanso casi completo para inundarse en colas interminables, ruidos de todo tipo de tenor y una horda de pre-adolescentes eufóricos. Todo por ver cumplido el sueño de alguno de sus hijos.
Entre los adultos se podían percibir todos los estadíos: aburrimiento, desconocimiento de la magnitud del evento, ira contenida y también emoción. No faltaron aquellos que alentaban a los más chicos a cantar por su pasión, mientras que tampoco quedaron ausentes las discusiones (siempre medidas) por alguna familia que intentó colarse en los kilómetros de cola.
«Yo nunca me imaginé que iba a ser algo así. Mi hija me dijo que iba a haber mucha gente, pero esto jamás lo vi. Llevamos dos horas y media acá afuera y todavía ni sé si lo vamos a poder ver», reconoció Eduardo a Infobae… una hora después de que el propio Garmendia había iniciado la firma de libros.
La vida a la Feria
La visita de Germán Garmendia a Buenos Aires confirmó la tendencia iniciada el año pasado: el momento cúlmine de la Feria del Libro sucede cuando un youtuber llega para presentar una publicación. Lo mismo había sucedido el año pasado, cuando la Editorial Planeta presentó El Libro Troll, del youtuber español El Rubius, y el predio se desbordó de adolescentes fanáticos.
Hoy sucedió lo mismo. Las casi 13 mil personas que no poseían su entrada específica para la firma del libro «#Chupaelperro», superpoblaron cada uno de los pabellones culturales.
Pareció un intercambio de aprendizaje: la Feria les demostró a los más chicos que la cultura de la lectura todavía está viva y puede ser muy enriquecedora, y estos niños dejaron por sentado en la propia Feria que sus pasiones ya tienen un formato digital, aún cuando después conocieran a su máximo ídolo gracias a palabras escritas en unas páginas de papel.
Fuente: infobae.com





