Podemos frente al abismo


Editorial El Nuevo Dia. Autonomistas y masistas han celebrado los resultados del Referéndum Revocatorio y en ambos bandos coinciden en que la agrupación política Podemos ha sido la gran perdedora del 10 de agosto, derrota que ha sido interpretada como el fin de toda una generación de la “partidocracia” tradicional.La más dura interpretación de los resultados de la votación la expresó el domingo el gobernador Rubén Costas, quien afirmó que el respaldo de la población a los líderes abanderados de la autonomía, fue la victoria sobre una emboscada preparada por intereses partidarios oportunistas que unió a la derecha conservadora con el MAS.Podemos, según los mismos representantes de la agrupación, contaba con un reacomodo del mapa político nacional a partir del Revocatorio, en el que la sigla liderada por Tuto Quiroga hubiera podido recuperar el protagonismo político que le había arrebatado el movimiento cívico regional autonómico. El otro objetivo era conseguir que el Congreso vuelva a ser el escenario de la correlación de fuerzas políticas en el país, aunque numerosos analistas han concluido que el verdadero interés de los podemistas era lograr la supervivencia, no sólo del sistema tradicional de partidos, sino también del paradigma centralista, único capaz de asegurarles vigencia y reproducción.El escenario político conformado el domingo ha dejado espacio sólo para dos interlocutores que deberán buscar un espacio de entendimiento más allá de las estructuras formales del Estado actual. Podemos, que ha perdido credibilidad como fuerza de apoyo del movimiento autonómico y que tampoco le sirve a los intereses del MAS, ha quedado como un actor enclaustrado en el Parlamento, sin gravitación en el gran debate sobre el futuro del país que debe iniciarse cuanto antes.Podemos pudo estructurar una plataforma partidaria competitiva en el 2005, cuando convenció a las regiones autonomistas de aglutinar en una sola agrupación toda la fuerza descentralizadora que llevaba años dándole batalla al centralismo. Los hechos demostraron que esa fue simplemente una estrategia electoral que la propia ciudadanía denunció cuando le retiró el 2 de julio de 2006, gran parte del apoyo que le había confiado el 18 de diciembre de 2005. Desde ese momento, los grandes protagonistas de la transformación autonómica –la única alternativa frente a la descomposición del país que propicia el MAS-, han sido líderes regionales emergentes que supieron interpretar una genuina y legítima aspiración de las grandes mayorías.En el futuro podrán recobrar vigencia nuevos partidos políticos, pero sin duda alguna, estos surgirán del seno de los movimientos regionales que buscan hoy un horizonte de viabilidad a Bolivia. Podemos vio este fenómeno como un defecto y por ese error es que se encuentra en los umbrales de la desaparición.El escenario político conformado el domingo ha dejado espacio sólo para dos interlocutores que deberán buscar un espacio de entendimiento más allá de las estructuras formales del Estado actual. Podemos ha perdido credibilidad como fuerza de apoyo del movimiento autonómico.


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