El Nuevo Día. Bajo el penoco. El presidente Morales no sólo cree que Bolivia comenzó a existir a partir de su elección, sino que quiere reinventar todas las teorías del poder y la política. Ayer dijo que los prefectos que le exigen la devolución del IDH «sólo quieren plata», asumiendo el papel de un padre que reniega de los caprichos de sus hijos maleducados. El, como buen socialista, debería saber que primero está la plata, o sea la estructura económica y luego viene la ideología y la política, llamadas a respaldar esa base para reproducirla. Por ejemplo, si detrás del presidente no estuviera presente una sólida economía de la coca, cuya catapulta es el narcotráfico, Evo no hubiera sido presidente, por más simpático que le caiga a medio país. El se debe a esa economía, como se debe a los cheques de Chávez. ¿O es que cree que el chavismo lo alimenta para tenerlo de fiel amigo?
La frase
«En el paro del martes no volará ni una mosca».
Resolución del Conalde.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas