Ayllus reconocen como sanción la pena capital


Castigos. Chicotazos, entierros y destierros son parte de los castigos jurídicos indígenas. Los ayllus tienen un origen pre hispánico y fueron colonia inca.

imagePaulo Cuiza – La Paz, La Razón



Ayllus reconocen como sanción la pena capital

El reciente asesinato de policías por comunarios de cuatro ayllus en el municipio de Uncía, Potosí, despertó una vez más el debate sobre la justicia indígena y la pena de muerte que, según investigaciones, aún pervive en las comunidades como castigo a los jach’a jucha o delitos mayores.

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La Razón consultó con dos investigadores para comprender la vida, ritualidad, organización social, económica y jurídica de los ayllus Laymi, Puraka, Aymaya y Kharacha, cuyos miembros están acusados de victimar al suboficial segundo Nelson Antonio Alcócer Casano, los cabos Rubén Cruz y Emilio Alave, y el policía Miguel Ramos el 23 de mayo pasado en la región de Cala Cala, Uncía, a donde llegaron detrás de la pista de dos vehículos robados, aunque los campesinos aseguran que éstos cometieron abusos durante el control de documentos de los motorizados que circulan por el lugar.

Pedro Velasco Rojas, antropólogo lingüista e investigador, fue directo y afirmó que los ayllus tienen una visión diferente de ver la vida, que es  regida por ritos, mitos y leyes donde la pena de muerte representa la sanción mayor para castigar a los que rompen la armonía de la comunidad.

“Se dice que los ayllus son pacíficos, pero no es verdad, porque la violencia y la fuerza física es un elemento fundamental de la justicia indígena; no tiene sentido (la justicia) sin el uso de la violencia”, aseveró Velasco.

Explicó que en la visión indígena cohabitan dos tipos de delitos: los jisk’a jucha o delitos menores y los y jach’a jucha o delitos mayores.

Los delitos menores son la separación, no cumplir con la asistencia familiar, problemas de tierras y linderos, daños de animales, insultos, injurias y calumnias y deudas, entre otros. Los delitos mayores tienen que ver con el robo, la brujería, la flojera, el abigeato, el adulterio, el despojo de tierras, el incesto, el estupro y la violación.

Los jach’a jucha, según Rojas, son resueltos por el poder judicial del ayllu, es decir, por su máxima autoridad que es el cabildo o asamblea del ayllu. Precisamente es en los cabildos donde se comunaliza la drasticidad de la sanción, previéndose cualquier represalia o venganza individual que se pudiera tomar en contra de las autoridades.

En los ayllus Laymi, Puraka, Aymaya y Kharacha la primera autoridad política, jurídica y administrativa es la Segunda Mayor que es responsable del bienestar social y la correcta administración de tierras, de ritos y de la mediación con el mundo externo, es decir, con el Estado.

Pena. Guery Chuquimia, miembro del Instituto de Investigaciones Antropológicas y Arqueológicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz, señaló que antiguamente la pena capital era utilizada para sancionar de manera drástica las infracciones con la comunidad.

Recordó que en períodos de guerras entre ayllus incluso se llegaba a enterrar vivas a las personas.

“El norte de Potosí se caracteriza  por una presencia fuerte de los ayllus. Hay el poder del ayllu, que está presente”, aseveró Chuquimia.

Según el texto La Ley del Ayllu, de Marcelo Fernández, en los delitos mayores el infractor es llevado a la plaza y allí se dictamina que el infractor “tiene que perderse”. Como ritualidad, los comunarios ch’allan a la persona que luego es entregada a su familia para que ésta cumpla con la sanción de dar muerte al transgresor.

“La tradición jurídica indígena manda que tiene que morir en brazos de su padre. Los ladrones tienen que desaparecer con la ejecución, caso contrario crecerían los ladrones, no hay que dejar las costumbres del ayllu”, señala un testimonio recogido por Fernández en el norte de Potosí.

Los investigadores coinciden en que los ayllus del norte de Potosí, en los últimos años, han sido invadidos por agentes externos como el comercio de drogas y el contrabando, cuyo poder económico de alguna manera ha corrompido a quienes viven en zonas pobres y que carecen de las más mínimas condiciones de vida.

LA JUSTICIA INDÍGENA ES RÍGIDA

“La aplicación de las sanciones dependerá de la dimensión de la infracción… valorando estos principios se impondrá la pena, que puede ser expresada en dinero, animales, trabajos comunales, chicotazos, destierro, hasta la pena capital cuando el daño atenta contra el bienestar” dice el escritor Marcelo Fernández.

El régimen de la justicia

La administración judicial en los ayllus Laymi, Puraka, Aymaya y Kharacha es regida por la asamblea comunal, que se constituye en un ente administrativo, legislativo y electoral, y está formada tanto por las autoridades del ayllu como por la población.

Según el investigador Marcelo Fernández, la justicia de los ayllus se caracteriza por el procedimiento sumario, es decir breve, cuya finalidad no es el castigo, sino la reinserción del infractor en el ayllu.

En los delitos mayores se aplica la sentencia dictaminada por consenso por la asamblea comunal del ayllu. En el ejercicio de sus competencias las autoridades están obligadas a obrar con rigor.

La segunda autoridad política, jurídica y administrativa del ayllu es acompañada por el alcalde comunal y el jilanqu.

El jilanqu es considerado como la máxima autoridad del cabildo. A su lado se encuentra una mujer bajo el título de chacha warmi.

En el ordenamiento jurídico de los cuatro ayllus, existe la figura del juramento, considerado como trascendental y con tintes sagrados.

El juramento es utilizado, dice Fernández, por las instancias de autoridad para la resolución de todos aquellos conflictos que encierran dudas, incluso a nivel familiar y de manera pública en los jach’a jucha o delitos mayores.

“Se recurre al juramento cuando el inculpado niega rotundamente el delito y no existen pruebas contundentes sobre los hechos. En tal caso, el sindicado se somete a declarar públicamente su inocencia, ante las autoridades y la comunidad”, afirma.

Según los investigadores, la justicia indígena se basa en el derecho de la costumbe y no en el derecho positivo.

“La justicia indígena se encuentra expresada en la metáfora de una persona con cuerpo y alma: el primero simboliza a las autoridades que materializan la justicia, y el segundo, a las prácticas rituales para los ancestros conocidos como cabildos”, relata Fernández.

Los ayllus tienen un origen pre hispánico y fueron colonia inca

Los ayllus en Bolivia son de origen mitológico, según afirman investigadores

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Dos miembros de ayllus enfrentados en el tinku, que significa encuentro, una ceremonia de carácter ritual en el norte de Potosí. Foto: archivo

Los ayllus Laymi, Puraka, Aymaya y Kharacha tienen origen prehispánico y, según investigaciones, fueron colonizados por el Imperio incaico que los utilizó para conquistar territorios a lo largo del Tawantinsuyu, gracias al “alma guerrera” que caracterizó a estos cuatro grupos.

“Todos estos ayllus son guerreros que han sido llevados a la conquista del Chinchasuyu, son soldados del Inca”, asegura el antropólogo y lingüista Pedro Velasco Rojas. Agrega que el origen de los cuatro ayllus tiene connotaciones mitológicas.

Según Velasco, el relato del origen mitológico del ayllu Laymi es la historia de dos hermanos que aparecen en Mizque (Dulce) y desde allí emprenden una caminata hacia el lado oeste de Potosí. En el camino a uno de los hermanos se le rompe un lazo de la abarca por lo que entonces tiene que avanzar dando saltos. “Por eso el territorio de los laymis es discontinuo”, explica el investigador.

El nacimiento de Puraka, palabra que quiere decir estómago, está ligado a la historia de los laymis, de quienes se dice que son sus tolkas o yernos.

“Cuando van al tinku (encuentro) todos los purakas se identifican como laymis. Los purakas son tolkas de los laymis”, dice Velasco.

De acuerdo con Marcelo Fernández, el ayllu Laymi-Puraka formaba parte de la antigua nación Charka y durante el periodo incaico sirvieron como miembros del ejército del Inca y participaron en la conquista de los chiriguanos.

El origen del ayllu Aymaya está vinculado al de los kharachas. Los aymayas recurrieron a éstos para derrotar a un ayllu del departamento de Oruro.

“Los aymayas se anotician de que los kharachas estaban por la región y a condición de ayuda les ofrecen tierras y mujeres  por lo que se forma un pacto. Gracias a los kharachas, los aymayas derrotan al ayllu de Oruro y por eso se dice que los kharachas son tolkas o yernos de los aymayas. Los aymayas les dieron tierras en señal de reciprocidad”, explica Velasco.

La génesis del ayllu Kharacha, dice Velasco, está ligada a la existencia de tres hermanos que ingresan a territorio boliviano desde Perú. Ya en territorio potosino, un hermano elige quedarse en la región del valle, otro hermano en la cabecera de valle y otro en la región de Chayanta, al norte de Potosí.

Velasco detalla que en la actualidad estos ayllus han preservado muchas de sus creencias, mitos y el rango de sus autoridades comunales, a diferencia de ayllus ubicados en el departamento de La Paz que, en muchos casos, han optado por denominarse comunidades.

Eso estaría relacionado a que la región del norte de Potosí es la más postergada del país, donde es difícil acceder a servicios de transporte y básicos. “Como ejemplo, para ir a Morocomarca, una comunidad ayllu, hay que esperar al sábado o domingo porque la movilidad sólo ingresa esos dos días. Hace menos de tres años se ha asfaltado la carretera Llallagua-Uncía; después, los caminos vecinales están en mal estado”, asevera.

Según datos del Censo de Población y Vivienda 2001, la población potosina representaba el 8,57% del total de los habitantes del país. Según el Censo, Potosí tiene 709.013 habitantes, de los cuales 239.083 viven en las ciudades y 469.930 en el sector rural. Además, Potosí es el departamento con la mayor población rural. La relación porcentual es de 66,27% en el campo contra el 33,73% en el área urbana.

El ayllu y el poder comunal

El ayllu tiene relación con todo lo que es la comunidad, al poder comunal, explica el investigador Guery Chuquimia, quien asegura que el ayllu está ligado a la rotación de las autoridades y vinculado a sistemas de reciprocidad, de ayuda mutua como el ayni o la minka. También se ve al ayllu como un espacio sagrado donde hay ligazón con seres naturales como los achachilas o las wakas, explica.

No hay pena de muerte en los ayllus

Luis Gallego Condori

es diputado del MAS por Potosí.

No hay que confundir, la justicia comunitaria está en base a nuestras creencias y cultura que manejamos en cada ayllu, pero no es parte de nuestra cultura la matanza, no se puede confundir la justicia comunitaria con matanza, no es justicia comunitaria la matanza. De acuerdo con el deslinde jurisdiccional (para la justicia comunitaria) que vamos a tener tampoco incluye la matanza de personas, no hay que confundir. Hay un desconocimiento de la justicia comunitaria, porque en nuestra ley sólo hay las faltas leves o graves, éstas se sancionan. La más grave (de las sanciones) es el desconocimiento y que la persona se aleje del lugar, ésa es la decisión que sale del cabildo, del consenso dentro del ayllu. Todos los ayllus aprueban así sus castigos, el desconocimiento es el castigo más grande en los ayllus Laymi, Kharacha, Puraka y Aymaya y solamente la persona que ha cometido el delito se va; su mamá, primos se quedan. Nadie de las autoridades como segundas mayores o corregidores han dado la pena de muerte, yo sé porque he sido autoridad. No hay la pena de muerte, lo que ha pasado y ha habido muertes es en el enfrentamiento (entre ayllus) por eso todos los ayllus están armados porque luchan por sus tierras. Los cuatro ayllus (Laymi, Puraka, Kharacha y Aymaya) están armados. No tengo ningún conocimiento de que por estas regiones exista el narcotráfico y el contrabando, pero ahora los ayllus se han molestado porque la prensa no habla de los muertos de los ayllus; ahora, los nueve ayllus de la provincia Bustillos se han unido  y están pidiendo la investigación de todas las muertes no sólo de los policías sino de todos los ayllus. Los mallkus van a mandar la resolución a La Paz y a Potosí.